El desafío de producir más alimentos con menor impacto ambiental
- Huawei busca lanzar su primer auto eléctrico - 3 marzo, 2021
- La industria de la maquinaria agrícola pronostica un buen año para la actividad - 3 marzo, 2021
- La provincia busca profundizar exportaciones e inversiones con Brasil - 3 marzo, 2021
Con el potencial para el desarrollo de una agricultura competitiva, Argentina se destaca entre los países con mayor potencial productivo. Especialistas del INTA aseguran que, frente a una demanda global de alimentos en permanente aumento, el país tiene una gran oportunidad.
El sector agropecuario global se enfrenta a un nuevo desafío: alimentar a un mundo cada vez más habitado, pero con el menor impacto ambiental posible.

El sector agropecuario global se enfrenta a un nuevo desafío: alimentar a un mundo cada vez más habitado, pero con el menor impacto ambiental posible. En el Congreso Aapresid que se realizó hace unos meses en Santa Fe se propuso un análisis.
Para Fernando Andrade, investigador del INTA Balcarce, Buenos Aires, “Argentina tiene una gran responsabilidad en la futura seguridad alimentaria por ser uno de los países con mayor potencial para la agricultura del mundo”.
Destacó que “la creciente demanda global de productos agropecuarios constituye una gran oportunidad para el desarrollo equitativo de los territorios de nuestro país, de la mano, principalmente, del agregado de valor y de la agroindustria, además de la producción primaria”.
Indicó además, que nuestro país presenta una serie de ventajas comparativas para la producción agropecuaria dadas por la diversidad de climas y de suelos, lo que lo posibilita para producir una amplia diversidad de productos.
Asimismo, reconoció que “el gran desafío que enfrentamos es satisfacer y aprovechar dichas demandas de productos del agro, al tiempo que se reduce el impacto ambiental”.
En este sentido, subrayó que “el sector agroindustrial argentino es pionero en adopción e innovación tecnológica y organizacional en los últimos 25 años, tales como la aplicación de la siembra directa, de biotecnología y en el uso de nuevas tecnologías de información y agricultura de precisión”.
El investigador destacó el aporte del mejoramiento genético y la biotecnología, del manejo de cultivos con base ecofisiológica, de las técnicas conservacionistas y de la intensificación del número de cultivos en el año.
Además, señaló la importancia del manejo integrado de plagas, la intensificación con base ecológica y las buenas prácticas en fertilización.
El cultivo de soja, un pasado para revertir.
“El avance de la agricultura, en especial del cultivo de la soja, tuvo consecuencias negativas sobre la materia orgánica y el balance de nutrientes en los suelos, al tiempo que se incrementaron las emisiones globales de gases invernadero con deterioros en el largo plazo de los sumideros naturales de este elemento”, indicó.
Además, este proceso de agriculturización implica un mayor uso de agroquímicos que contaminan el suelo y los cuerpos de agua, una reducción de la biodiversidad asociada y de servicios ecosistémicos. “Estos significativos impactos sobre el ambiente pueden comprometer la futura producción y la capacidad del paisaje rural de proveer otros servicios ecosistémicos fundamentales”, advirtió el técnico del INTA.
AAPRESID: un encuentro con referencia tecnológica
Un espacio de encuentro donde se debatieron y expusieron sobre los avances tecnológicos y los diversos escenarios de la innovación como los agronegocios, bioeconomía, AgTechs agricultura digital, agua, biotecnología y nanotecnología. Además, se habló sobre comunicación, cultivos de invierno, ganadería, girasol, legislación agroalimentaria, maíz y sorgo.
A lo largo de casi tres décadas, este evento se presenta ante la comunidad como una red de actualización, intercambio y conocimiento de tecnologías avanzadas ligadas a la producción sustentable de alimentos, fibras y energías.