Si bien la pandemia vino a acentuar en muchas personas las iniciativas individualistas y el encierro, en paralelo y en la misma medida también hizo surgir el espíritu colaborativo y solidario. En el marco de esta última tendencia una de las expresiones que experimentó un crecimiento en 2020 fue el crowdfunding.
El crowdfunding es una manera de recaudar fondos gracias a los aportes comunitarios de varias personas, muchas veces sin vinculación entre sí, a través de la tecnología, de manera simple y sin límites geográficos.
Estas plataformas de financiamiento colectivo que ofrecen herramientas de capitalización sin intermediarios llegaron a ser una modalidad útil para, entre otras, las PyMEs que debieron recuperarse después de un cierre temporal o limitar sus operaciones durante la cuarentena. Además, esta modalidad de recaudación colectiva se presenta muchas veces más accesible que recursos tradicionales como pueden ser los préstamos bancarios y el capital privado.
Según la plataforma europea CrowdSpace, el financiamiento de las PyMEs es hoy el nicho más común en crowfunding y corresponde al 57%, seguido por el crowdfunding inmobiliario (43%), los proyectos con impacto social (25%) y las energías verdes (21%). También crecieron recientemente los rubros dedicados a biotecnología, educación, innovación y préstamos al consumo.
Simplestate, plataforma digital de inversiones inmobiliarias
“El crowdfunding es el proceso de levantamiento de capital para un proyecto, empresa o causa solidaria con contribuciones relativamente austeras por parte de un gran caudal de personas”, explica Gonzalo Abalsamo, CEO y fundador de Simplestate, plataforma digital de inversiones inmobiliarias.
“Se basa en varios enfoques para ofrecer apoyo financiero, incluida la inversión de capital, los préstamos entre pares (P2P) y los modelos de financiación colectiva híbridos. Es una alternativa de recaudación de fondos flexible y eficiente en comparación con los métodos tradicionales”, agrega.

Este mercado, que viene creciendo en el mundo de manera consistente desde 2015, manejó unos 12.270 millones de dólares en 2020 de acuerdo con números de la empresa estadounidense de investigación de mercado Imarc Group, que proyecta una tasa de crecimiento anual compuesto cercana al 17% de ahora a 2026.
Crowdinvesting
El método es tan simple como armar un sitio de internet donde se presente la idea del o los proyectos, el monto necesario a recaudar y los plazos. Dentro del crowdfunding hay diferentes modelos para implementar, como la donación, donde el colaborador no recibe nada a cambio; la participación (crowdinvesting), donde el financiador recibe acciones o alguna participación de las ganancias de la empresa a cambio de su aporte; y el préstamo (crowdlending), en el que los inversionistas recibirán de vuelta lo que aportaron en un plazo acordado.
Recientemente, la tendencia se acentuó en el crowdinvesting, por ser un modelo que brinda una rentabilidad a mediano plazo o largo plazo con mínimo riesgo, dado que los proyectos disponibles para inversión ya están en marcha. Este modelo también diversifica la cartera de inversión al poder colocar pequeñas cantidades de dinero en diferentes proyectos con distintos plazos y rentabilidades, según explica Simplestate.
Idea.me
A lo largo de los años la tendencia en crowdfunding fue hacia la especialización, con plataformas dedicadas para cada rubro, como Bricksave, Simplestate o Crowdium en el sector inmobiliario, Lánzanos, Panal de Ideas, Idea.me que cubre un abanico de emprendimientos culturales, o Wuabi, que se presenta como la primera plataforma de crowdfunding que reúne a productores agropecuarios con pequeños y medianos ahorristas en la Argentina.