América Latina necesita inversión para enfrentar el cambio climático
Como lo muestra la sequía en la Argentina y Uruguay, los efectos sobre las economías de la región pueden ser serios y afectar a la sociedad en su conjunto.
El cambio climático es una realidad y América Latina y el Caribe requieren una mayor inversión en infraestructura para afrontarlo exitosamente, ya que en caso contrario se está ante un serio riesgo para la seguridad alimentaria de los países de esta región.
Así lo indicó al inaugurar la 63 Reunión Anual de la Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el presidente del organismo, Ilan Goldfajn, quien reconoció que «todavía tenemos enormes disparidades dentro de nuestros países, especialmente las zonas rurales».
El funcionario remarcó que además de los problemas propios, la región afronta también otros de escala mundial como el cambio climático.
«Varios de nuestros países miembros en desarrollo, especialmente en América central y el Caribe, se encuentran entre los países más vulnerables del mundo a los impactos del cambio climático», señaló.
«Si bien nuestra región ya es un importante productor de alimentos y tiene el potencial de convertirse en un exportador aún mayor, nuestras áreas agrícolas están bajo la amenaza constante del cambio climático», destacó.
Goldfajn comentó que también se debe crear y construir infraestructura resistente al clima, especialmente en países expuestos a tormentas tropicales, terremotos y desastres naturales en general.
Desfavorecidos
Y subrayó que la pobreza y la desigualdad siguen siendo dos de los problemas regionales de desarrollo más persistentes.
«Las mujeres y los grupos históricamente desfavorecidos todavía están lamentablemente subrepresentados en la fuerza laboral de nuestra región, en consecuencia tienden a ganar menos ingresos y tienen menos oportunidades para prosperar, este es un círculo vicioso que se refuerza asimismo y necesitamos romperlo», destacó.
Anotó que la región ha sido bendecida con su biodiversidad, la cual llamó capital natural. «Éste capital natural puede y debe ser gestionado de manera sostenible para obtener beneficios sociales económicos y ambientales óptimos», dijo.
Abundó que es necesario que América Latina y el Caribe deben contar con infraestructura sostenible, tanto digital como física, enfocada en la integración regional dado el un atraso histórico que existe.
«Necesitamos centrarnos en la integración, tenemos deficiencias de integración entre nuestros países», resaltó.
«Cómo sabemos, desde hace décadas para reducir la brecha con otras regiones, tanto en términos de cantidad como de calidad, deberíamos al menos duplicar nuestro nivel actual de inversión en infraestructura», dijo.
«Debemos ampliar y mejorar nuestra infraestructura física y digital, lo digital es muy importante para reducir los costos inflados en costos de comercio, de transporte, pero también para poder proporcionar a nuestros ciudadanos servicios de mejor calidad», dijo.
Comentó que América Latina y el Caribe ha logrado grandes avances en los últimos años al impulsar la capacidad de generación de energía renovable (tema de este Suplemento de la semana pasada), pero es necesario hacer más, dado que se prevé que la demanda de electricidad crezca casi un 50% para fines de esta década.
Crecimiento
Como si fuera poco lo que debe hacerse a nivel del cambio climático, América Latina y el Caribe se enfrentan además a un desafío triple, pues sus estados deben satisfacer más demandas sociales —lo que incluye acabar con la pobreza—, en medio de restricciones fiscales con altas deudas y con un lento ritmo de crecimiento.
Goldfajn destacó que es inaceptable que 60 millones de personas en la región pasen hambre, cuando es la principal exportadora de alimentos.
El directivo recordó que en 2021 la economía regional avanzó 3.9%, pero ahora el crecimiento se está desacelerando, como consecuencia de crisis superpuestas como la invasión a Ucrania, el aumento de la inseguridad alimentaria y las resultantes del cambio climático.
Y remarcó que los ciudadanos de América Latina y el Caribe piden más y mejor educación, salud, transporte, internet y clima. «Esas demandas son aún más difíciles de cumplir, porque los gobiernos tienen recursos limitados», dijo, fundando estas limitaciones en las restricciones fiscales y el mayor peso de la deuda postpandemia de covid-19, por lo que para solucionar los problemas es necesario mejorar la economía. «Eso es lo que la región ha enfrentado, la dificultad de aumentar el crecimiento», indicó.
Desafìos
«El principal desafío es triple, más demandas sociales, restricciones fiscales con altas deudas y el crecimiento que es lento», destacó.
«Los gobiernos deben superar las plagas históricas de la pobreza, la desigualdad, aumentando la productividad, acelerando el crecimiento al tiempo que afrontan eventos climáticos más frecuentes, pero con recursos escasos»
Comentó que la tarea no es fácil, pero también implica cambiar la visión de ver a América Latina y el Caribe. Verla «no como una víctima de los problemas mundiales, sino como una región que contribuye para su solución», indicó.
Subrayó que es importante el diálogo, sobre todo en un mundo cada vez más polarizado.
Indicó que América Latina y el Caribe son parte de la solución global en seguridad alimentaria, pues con las reformas adecuadas puede producir ocho veces más alimentos de los que produce ahora y que serían suficientes para alimentar a 10 mil millones de personas.
Sin embargo, remarcó que a pesar de ser la principal exportadora de alimentos, «60 millones de personas en América Latina y el Caribe pasan hambre, esto es totalmente inaceptable».
Energías limpias
Apuntó que algunos países de la región ya son líderes en la transición hacia emisiones cero, como Panamá, a la vez que ejemplificó que actualmente el 80% de la energía en América Central proviene de energías renovables, mientras que a nivel región ese total es de 60 por ciento.
Resaltó que » América Latina alberga dos tercios del litio mundial, pues el litio es parte de la revolución de los vehículos eléctricos que no pueden existir sin los materiales claves que se producen acá».
«La región podría ser una fuente de energía limpia para el mundo, el mundo debe aprovechar esa ventaja competitiva y de manera sostenible, utilizar estratégicamente nuestros recursos para impulsar un desarrollo inclusivo», dijo.