En un país donde los alfajores parecen haber explorado todas las combinaciones posibles, Rasta encontró una forma de volver a sorprender. Su nuevo lanzamiento toma un clásico que casi nunca pisa los kioscos, le suma una dosis extra de dulce de leche y un detalle que lo hace único en el mercado. El resultado es un producto que mezcla tradición, exceso y una estética que no pasa desapercibida. ¿Cuál fue la repercusión del nuevo alfajor Rasta?
En Argentina, el alfajor de maicena —hecho con almidón de maíz de la marca Maizena, relleno con dulce de leche y reborde de coco rallado— es un ícono de la repostería casera y de panadería. No suele verse en los kioscos argentinos, lo que lo convierte en un dulce más asociado al hogar, las panaderías o cafeterías. Incluso es el favorito de Máxima Zorreguieta, quien en varias entrevistas lo ha definido como “un manjar argentino” y que, para celebrar su cumpleaños número 49, los preparó en su residencia de Países Bajos junto a un grupo de mujeres emprendedoras.
El nuevo Trico de Rasta rompe esa tradición. Es el primer alfajor triple de maicena bañado en chocolate, una edición especial de 100 gramos que se venderá primero de forma exclusiva en la cadena de kioscos Open 25 Hs. Su nombre surge como un juego entre triple y rico, cuidando no infringir los derechos de la denominación “triple” que pertenecen a Fantoche.
Colores, estética y exceso
Las tapas de maicena del Trico no pasan desapercibidas: están pintadas con los colores del movimiento rastafari, un sello visual que identifica a la marca. Entre cada tapa, generosas capas de dulce de leche conforman la estructura, mientras que el baño completo de chocolate aporta intensidad y contraste.
Con esta propuesta, Rasta lleva el alfajor de maicena, históricamente asociado a lo artesanal, al territorio del kiosco y del consumo masivo. Lo hace sin perder su esencia golosa y sumando el toque de irreverencia que la marca cultiva en cada uno de sus lanzamientos.
Repercusiones y curiosidad por sus tapas de colores
A pocos días de su lanzamiento, el Trico ya empezó a circular en redes sociales, especialmente en cuentas de influencers de snacks y golosinas. Muchos de ellos coincidieron en que el dulce de leche y el baño de chocolate son los mismos del Rasta original, pero lo que generó más comentarios fueron sus tapas de maicena saborizadas.
Varios creyeron que los colores eran solo un guiño estético al movimiento rastafari, pero en realidad cada uno tiene un sabor distinto: la tapa verde es de pistacho, la roja de frutos rojos y la amarilla de frutos tropicales. Un detalle que suma una capa extra de originalidad y que hasta ahora no se había visto en el mercado de alfajores.