Pioneros de una forma de producir whisky que cada vez gana más popularidad entre los consumidores, la marca no para de crecer entre los amantes del “oro líquido irlandés”.
La marca número de whisky irlandés en el mundo es Jameson. Lo que lo caracteriza es que se destila tres veces, otorgándole un sabor más suave del que se suele asociar al whisky, y eso hace que los que se inician en este hábito lo elijan.
Paradójicamente, John Jameson -el precursor del triple destilado- nació en Escocia aunque vivió prácticamente toda su vida en Irlanda, al punto de que popularmente se asegura que “se convirtió en más irlandés que los propios irlandeses”. Allí experimentó la manera de destilar hasta en cinco ocasiones la cebada, aunque sólo le sirvió para confirmar que a partir de la tercera vez la bebida espirituosa perdía calidad.

The John Jameson and Sons Irish Whiskey Company
Jonn Jameson provenía de una familia de navegantes, cuyo lema era “Sine Metu” (“Sin miedo” en gaélico). Este lema lo inspiró para comenzar a hacer su whisky en la tierra que se considera como la cuna de la uisgebeatha, “agua de la vida”.
Lo logró ingresando a la destilería The Steins Family Bow Street Distillery, abierta en 1780. Se convirtió en director general de la firma en 1786 y en 1805 ya había asumido la propiedad total de la compañía, a la que bautizó como The John Jameson and Sons Irish Whiskey Company. Sin embargo, Jameson tenía una dura competencia.
El triple destilado, toda una novedad en el siglo XVIII, la excelencia en la selección de los ingredientes y el recio control de la calidad de la producción, sumado a una fraternal conexión entre los trabajadores de la fábrica y el propio Jameson, al punto de que bebían juntos lo fabricado, lograron catapultar a la firma y volverla la referencia ineludible a la hora de hablar de whisky irlandés.

El Jameson irish whiskey nació en Dublin, Irlanda, en el año 1780.
La destilería Jameson durante La ley seca
La destilería pasó a los descendientes de John, quienes tuvieron que enfrentar tiempos difíciles: los conflictos armados, que produjeron el bloqueo comercial a Irlanda por parte de la Corona británica y la Ley Seca en Estados Unidos.
Además, durante el estallido de la guerra de independencia irlandesa y la posterior guerra civil que partió a Irlanda en dos, la destilería fue ocupada y atacada varias veces, sufriendo graves daños materiales. Sin embargo, Jameson logró sobrevivir.
Nace la Irish Distillers y la primera botella de Jameson
El mundo cambió, pero Jameson siguió ahí. En los 60 solo quedaban cuatro destilerías de whisky en Irlanda y decidieron unir fuerzas. Conformaron Irish Distillers con una nueva planta en el condado de Cork, por lo que la marca abandonó su histórica fábrica en Dublín.
Entonces Jameson comenzó a embotellar su producción. Antes de eso, su whisky siempre pasaba su tiempo en barriles y luego se trasladaba, en ese mismo formato, a los bares y negocios. La primera botella de la marca salió en 1968.
Pernod Ricard, la dueña de Jameson
El holding conformado por John Power and Son y Cork Distillery Company, además de Jameson, pasó a manos de la francesa Pernod Ricard en 1988 a cambio de 422 millones de dólares.
Hoy, Jameson es la tercera marca más vendida del mundo, detrás de Jack Daniels y Jim Beam, siendo el primero de su característico estilo irlandés y convirtiéndose así en la puerta de entrada ideal al mundo del “agua de la vida”.