La pandemia de coronavirus desató una crisis económica mundial sin precedentes y Argentina no escapa al impacto.
Si bien todavía no se puede cuantificar, es posible vaticinar que tendrá severas consecuencias en la caída de la producción, el cierre de empresas, la pérdida de empleos y el aumento del riesgo inflacionario.
Los números que ya pueden marcar ese rumbo son los que publicó el
Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE), un anticipo
del producto bruto interno (PBI) elaborado por la dirección de Cuentas Nacionales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que mostró que la economía argentina se desplomó un 26,4% interanual en abril y anotó la mayor caída de la historia.
Sin bien el Gobierno lanzó un paquete de ayuda para paliar los efectos económicos del coronavirus que asciende a $850.000 millones y equivale al 3% del PBI, según el economista Marcos Buscaglia el choque económico será colosal y Argentina está en camino a tener una de las cuarentenas más duras y prolongadas del mundo, con el consiguiente costo en términos de quiebras de negocios y empresas.
Por el momento, los sectores industriales que se mantuvieron en actividad fueron aquellos declarados como esenciales para garantizar el abastecimiento de productos de la canasta básica y la seguridad en materia de salud.
Por eso las consecuencias de la cuarentena son dispares para los distintos rubros del país.
Según demostró un informe de la consultora en economía y empresas Ecolatina, las perspectivas para construcción no son alentadoras. Considera que es el sector de bienes más golpeado en 2020, cayendo en torno al 20%. Es que antes de la pandemia ya acumulaba 18 meses en rojo “producto de los sucesivos saltos cambiarios que deterioraron el poder adquisitivo de los salarios frente al real state, a lo que se suma nuestra histórica falta de opciones financieras para los desarrolladores”.
Dicho informe de Ecolatina establece, además, que entre los sectores más afectados también están aquellos que concentran mayor aglomeramiento de personas como los restaurantes y espectáculos, o que privilegian el movimiento como el turismo.
En este sentido, la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina considera que el 65% de los hoteles y el 75% de los restaurantes y bares del país (capaces de generar 650 mil puestos de trabajo) están quebrados por la falta de actividad y podrían cerrar si la cuarentena se extiende durante el invierno.
Al respecto, el jefe del sindicato de trabajadores gastronómicos y hoteleros, Luis Barrionuevo, dijo: “Nos estamos muriendo económicamente, no de coronavirus”.
[su_note note_color=»#e3e3e3″]Según el informe de EMAE, el desplome más importante se vislumbró en abril en la actividad de la construcción, que se desbarrancó un 86,4% interanual. Pero las bajas fueron significativas, profundas y generalizadas para las actividades de servicios comunitarios, sociales y personales (-72,1%), para la industria manufacturera (-34,4%), para el comercio mayorista, minorista y reparaciones (27%), para los servicios sociales y de salud (32,6%) y para la agricultura, ganadería, caza y silvicultura (10,3%).[/su_note]
“La regularización de estas actividades demandará más tiempo que el resto, dado que involucran aglomeración de personas, sumado a que probablemente exista parte de la población que, producto de los temores generados por la pandemia, no regrese inmediatamente a consumir estos servicios”, señala la consultora Ecolatina en un informe.
El comercio, que en los dos últimos años ya había registrado una caída del 10%, es otro de los sectores sacudidos por las medidas restrictivas impuestas por el gobierno como parte de su estrategia para contener la propagación del covid-19. Si bien es un sector que se ha beneficiado de las últimas flexibilizaciones de la cuarentena, se verá afectado con una contracción de alrededor del 15%, según las proyecciones, como consecuencia de los plazos necesarios para que recupere su funcionamiento normal en su totalidad y por el desplome del gasto de las familias. Ecolatina considera alarmante este indicador debido a que tanto el comercio minorista y mayorista representa el 13% del PBI de Argentina y casi un quinto del empleo privado registrado.
En este sentido, otro de los sectores más perjudicados por la pandemia, por su fuerte dependencia de la actividad comercial, es la industria textil. Tomás Canosa, Director de Estudios Económicos de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra), afirmó que la situación del sector es preocupante ya que acumula 22 meses con caídas consecutivas y por la pandemia sólo están operando algunas empresas vinculadas a equipamiento médico, maquinaria agrícola, y a la industria alimenticia.
El panorama de la industria es, probablemente, el heterogéneo. Mientras que algunas ramas apenas registraron caídas por quedar eximidas de las restricciones de la cuarentena por ser consideradas esenciales, por ejemplo la industria de alimentos y bebidas y la farmacéutica; otras como las automotrices, metalurgia, textiles, electrodomésticos, entre otras, son las más deterioradas dentro del sector.
Por otra parte, el Ministerio de Desarrollo Productivo destinó $2.250 millones en subsidios y créditos a una tasa del 12% para pymes e instituciones que investiguen en el área de equipamiento e insumos para el área de salud, o brinden soluciones tecnológicas para la prevención y diagnóstico del covid-19.
Las empresas que sobreviven en pandemia
Si bien la pandemia nos obligó a refugiarnos en nuestros hogares para evitar la propagación del virus, la cuarentena benefició a la industria del comercio electrónico.
[su_note note_color=»#e3e3e3″]Si bien el rubro ya venía pisando fuerte en el país (durante 2019, creció un 76% respecto al año anterior y registró una facturación de $403.278 millones, alcanzando un total de 18.773.246 e-shoppers, según datos de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico), el aislamiento social generó una intensificación del uso de internet del 35%, y entre los sitios con más tráfico figuran marketplaces y portales e-commerce.[/su_note]
En tanto, un estudio que realizó la consultora Kantar, asegura que el 40% de los encuestados afirma que sus compras a través de e-commerce aumentarán con respecto al mes anterior, basándose en la posibilidad de conseguir mejores precios, el ahorro de tiempo y la comodidad.
Además, la reconocida empresa Mercado Libre publicó el informe “E-commerce: evolución en los hábitos del consumidor”, donde dice que este contexto impulsó que más usuarios usen los servicios financieros online como pagos de servicios, transferencias y recargas. Además, las órdenes de compra en Argentina crecieron más del 52% y sumaron 640.014 compradores nuevos.
Por otra parte, otro de los sobrevivientes a las consecuencias económicas de la pandemia de coronavirus es el sector de servicios de comunicaciones, electricidad, gas y agua, por ser considerados esenciales; y los referidos a la administración pública y defensa, y enseñanza ya que, pese a las restricciones, la mayor parte pudo mantener normal funcionamiento u operó a distancia. Además, entre los sectores que mantienen el motor encendido en Argentina también se destaca el agropecuario que aumentó las exportaciones de productos primarios un 9% en el primer cuatrimestre del año, según el Indec. Además, entre enero y abril, el volumen de exportaciones agroindustriales referidas a granos, harinas y aceites vegetales alcanzó los 32,3 millones de toneladas, superando la marca de 30,8 del primer cuatrimestre de 2019, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Aun así, los productores miran con recelo las últimas medidas tomadas por el Gobierno, como la intervención de la empresa agroexportadora Vicentin, las restricciones cambiarias y la posible oferta a los acreedores externos de un bono atado a las exportaciones.
¿Cómo afectó el Coronavirus al mercado del trabajo?
La Encuesta Permanente de Hogares del Indec registró al cierre del primer trimestre 2020 un aumento en la tasa de desempleo a 10,4% de la población económicamente activa, la más alta para ese período desde el primer trimestre de 2006, para el conjunto de 31 aglomerados urbanos relevados.
Coincidió con los primeros tres meses plenos del nuevo gobierno, el cual estuvo afectado en los últimos 10 días de marzo por el inicio de la cuarentena y consecuente parálisis de diversas actividades y del empleo. A su vez, el Ministerio de Trabajo exhibió que durante el último año se reemplazó una gran cantidad de empleos registrados privados por monotributistas o empleados estatales. Además, según estimaciones de la consultora Analytica la tasa de desocupación podría pasar del actual 8,9% al 13%, una cifra que sería mayor en el caso de mujeres, particularmente en las jóvenes, ya que son las que más sufren las desigualdades en el mercado laboral.
La economía mundial y el COVID-19
Mientras las restricciones comienzan a disminuir en algunos países, el camino hacia la recuperación económica sigue siendo incierto y vulnerable a una segunda ola de coronavirus. Es que si llegáramos a tener que atravesar otro confinamiento, la caída de la economía global sería mayor que la primera. Según la última perspectiva de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, un segundo bloqueo por covid-19 generaría una caída de la producción económica mundial en un 7,6% este año. Además, el desempleo aumentaría a más del doble de la tasa anterior a la pandemia y la recuperación de los empleos llegaría en 2021, con la economía subiendo 2,8.
Ahora bien, la otra opción es que evitemos una segunda ola de contagios de coronavirus. En ese caso, la actividad económica mundial caería en un 6% en 2020 y el desempleo aumentaría a 9,2%, desde 5,4% en 2019. ¿Pero por qué debemos darle relevancia a ambos escenarios? Porque el organismo internacional estima que es poco probable que haya una vacuna disponible este año, de modo que los dos escenarios son igualmente probables.
Por eso recomienda fortalecer los sistemas de salud y seguir apoyando a las personas y a las empresas.