Claves para las provincias del NEA, estos dos sectores atraviesan un momento crítico. Aunque la economía nacional mostró signos de repunte en el primer trimestre, el desplome del precio de la yerba y la crisis del algodón reflejan una recuperación que no llega.
La recuperación económica que muestran los datos nacionales del primer trimestre de 2025 no se siente igual en todo el país. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la actividad creció un 5,8 % interanual, pero en regiones como el Nordeste Argentino (NEA) los avances son más modestos y están lejos de compensar las caídas de años anteriores.
En concreto, el NEA apenas creció un 2,9 % frente al primer trimestre del año pasado, según el Indicador Sintético de Actividad Económica Regional (Isaer) publicado por el Ministerio de Economía. El contraste es evidente frente a la región centro del país, que creció 6,7 % y logró revertir el derrumbe del 2024.
El problema es que, en el NEA, incluso los sectores más tradicionales atraviesan un escenario complejo. La yerba mate, uno de los productos emblema de la región, enfrenta una caída sostenida del precio del kilo en hoja, lo que “al productor le está generando prácticamente un quiebre”, advirtió Marcelo Federici, vicepresidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (Coninagro). La falta de consumo interno y el aumento de costos profundizan una crisis que golpea de lleno a los productores misioneros y correntinos.
Otro de los sectores en rojo es el algodón, con epicentro en Chaco, norte de Santa Fe y Santiago del Estero. “Es un año muy crítico”, dijo el presidente de la Cámara Algodonera Argentina, Carlos Almiroty, quien explicó que la situación se agrava por tres factores: clima adverso, caída del precio internacional y un contexto macroeconómico local que encarece la producción. “No solo no se va a recuperar, sino que se va a profundizar la crisis”, aseguró.
El algodón es, además, víctima colateral de la apertura de importaciones, que amenaza a la industria textil, principal consumidora de fibra nacional. De acuerdo con la Fundación ProTejer, las importaciones de ropa y textiles del hogar marcaron récord en el primer trimestre: crecieron un 86 % y 109 % interanual, respectivamente.
Aumento de costos y pérdida de empleo
En paralelo, los números del empleo no dan señales de alivio. Desde abril de 2024 se perdieron más de 66.000 empleos registrados en todo el país. Gran parte de esas pérdidas se concentraron en regiones donde las economías regionales no logran repuntar. El impacto es directo sobre la estructura productiva y social del NEA, donde la informalidad y el trabajo rural precarizado ya eran elevados.
En contraste, otras regiones del país muestran cierta recuperación, impulsadas por factores específicos. En el centro del país, la agroindustria aportó tracción gracias a las exportaciones récord de soja y el repunte de la lechería. En la Patagonia, los hidrocarburos de Vaca Muerta mantuvieron el pulso con subas interanuales del 9,6 % en petróleo y 2,6 % en gas natural.
Sin embargo, en el NEA, NOA y Cuyo, el escenario dominante sigue siendo la retracción del consumo, la caída del poder adquisitivo y la falta de inversión pública. En Cuyo, por ejemplo, la vitivinicultura está “hace un año con los mismos precios y con un aumento de costos importante”, según Coninagro.
En términos generales, los economistas consultados advierten que el segundo trimestre del año mostrará señales de estancamiento, e incluso de retroceso. A la espera de datos oficiales, la mayoría de las cámaras empresarias anticipa un freno en la recuperación, especialmente en las regiones más postergadas.