Horacio Ansagasti nació en el año 1879, en el seno de una familia acaudalada de origen vasco. Cuando egresó del Colegio Nacional, decidió iniciar sus estudios de Ingeniería en la Universidad de Buenos Aires donde se recibió en 1902 con sólo 23 años de edad y habiendo tenido como docente al Ingeniero Otto Krause.
Del Touring Club Argentino a las llantas de madera Stepney
En 1907 formó parte de la primera comisión del Touring Club Argentino y viajó a Milán para tomar un curso de entrenamiento de seis meses en la fábrica Isotta Fraschini. Al regresar al país, en el año 1908, formó una sociedad con Ricardo Travers y José Gálvez para representar a esa marca en el país y también a las firmas Gobron-Brillie y Gregoire. Asimismo, comenzó con la distribución de llantas con rayos de madera Stepney, neumáticos Hutchinson, un claxon marca Stentor y un dispositivo para inflar los neumáticos accionados por los gases de escape.
Fue considerado un referente importante en materia de automóviles. Sus conocimientos se difundieron a través de los escritos que se publicaban en la revista mensual La Argentina Automóvil.
La fundación de Anasagasti y Compañía, y el auto Samurai
Entre 1909 y 1910 se desempeñó como vicepresidente primero de la Sociedad Científica Argentina. En ese mismo período, se separó de sus socios y fundó la empresa Anasagasti y Compañía para trabajar con motores de automóviles, aviación y agrícolas. También incursionó en la aeronáutica y fue socio fundador del Aeroclub Buenos Aires.
En 1911, luego de varias negociaciones para construir un auto en Argentina, logró terminar su primer prototipo con motor francés, carrocería nacional y otros componentes traídos de un viaje por Europa. La presentación oficial se realizó el 17 de septiembre del mismo año en la carrera Rosario-Córdoba-Rosario donde participó con el seudónimo de “Samurai”.
Triunfos y derrotas: los últimos días de una leyenda del automovilismo argentino
Durante 1912 y 1913 participó en Europa con sus vehículos en distintas competencias ganando la París-Madrid de 1515 km. También formó parte de la Boulogne sur Mer-San Sebastián. Sin embargo, años más tarde se vio obligado a cerrar su empresa por las dificultades financieras y la falta de insumos importados como consecuencia del estallido de la Primera Guerra Mundial.
Anasagasti se trasladó a la ciudad de Bariloche para instalarse en una chacra bautizada “Pichi Mahuida” en el Brazo Campanario del lago Nahuel Huapi, lugar en el que falleció en 1932. Fue enterrado en el cementerio de Recoleta. Actualmente la ciudad rionegrina y el Parque Nacional lo recuerdan con una calle y un lago que llevan su nombre. El modelo de su vehículo conserva en el Museo Nacional de Aeronáutica, de Morón.