La firma, proveedora de Toyota, abandonará Uruguay para mudarse al país, en parte, estableciendo el resto de su producción en Paraguay.
La multinacional japonesa Yazaki, fabricante de componentes para la industria automotriz, cierra sus dos plantas en Uruguay y traslada su operatoria a Argentina y Paraguay. Los motivos aducidos por la empresa son los problemas de competitividad y las medidas sindicales adversas.
El principal cliente de la firma dentro del país es Toyota, a la cual proveé de mazos de cables y componentes para el tablero de instrumentos.
Desde el punto de vista local, este tipo de inversiones refuerza la confianza de las multinacionales en el mercado argentino y lo destaca como destino atractivo para la industria automotriz, especialmente en tiempos de búsqueda de alternativas a los costos más elevados de producción en otras partes del mundo.
La planta de Yazaki en Argentina, junto con las instalaciones en Paraguay, serán claves para cubrir la creciente demanda de la industria automotriz en la región.
Apuesta por Argentina
La decisión de trasladar parte de su producción a Argentina representa una apuesta significativa por el crecimiento local y por la generación de empleo en un contexto económico desafiante.
Yazaki, instalada en Uruguay desde 2007, informó a colaboradores y autoridades el cierre desde el 30 de enero de sus fábricas en las ciudades de Las Piedras y Colonia, en el sur del país, las cuales emplean a unos 1.200 trabajadores.
La operativa de la empresa en Uruguay resultaba entre un 20% y un 25% más costosa que en Paraguay y Argentina, países donde centrará su producción.
“La decisión se debe a los altos costos de producción de la operación en Uruguay, que afectan significativamente las posibilidades de la empresa de competir en los mercados globales, y las constantes paradas de producción dispuestas por el sindicato, que ponen en riesgo el cumplimiento de la entrega de productos a los clientes de Yazaki”, afirmó el grupo en un comunicado.
El ministro de Trabajo Mario Arizti llamó a conformar una mesa de diálogo con la empresa y el sindicato para lograr la reinserción laboral de los 1.200 trabajadores que Yazaki tenía en sus dos plantas en Colonia y Las Piedras.
Aritzi hizo hincapié en las exoneraciones impositivas recibidas por la compañía y la necesidad de una revisión de la Ley de Promoción de Inversiones (COMAP).
A su vez, se eximió a la empresa del pago de impuestos a la renta de la industria por 17.938.457 pesos uruguayos (unos 1.5 millones de dólares), se señala en la resolución del 2011 que actualiza el documento del 2009, en el que constaba una exoneración mayor, de alrededor de 3 millones de dólares, que la empresa recusó.
También afirmó que su inversión fue menor a la prevista en 2009, a lo que se le suma que sus activos estuvieron exentos de Impuesto al Patrimonio por 10 años desde su instalación en Uruguay.
“A algunas leyes hay que darle revisión”, señaló el ministro y secretario general del Partido Comunista acerca de la Ley de Promoción de Inversiones.
“Si hay una ley que efectivamente hace que venga la inversión de capitales para instalar industrias, debe tener también una contraparte”, destacó ante los medios y remarcó: “No puede ser que nosotros y toda la sociedad uruguaya se entere de un día para el otro que la empresa se retira”.
El grupo, con sede en Tokio y plantas en todo el mundo, aseguró que cumplirá con sus obligaciones laborales, así como sus compromisos con clientes y proveedores.
La central sindical única de trabajadores de Uruguay, Pit-CNT, expresó su “absoluto rechazo” a lo que consideró una “decisión unilateral” de la empresa que afecta de manera directa a cientos de familias uruguayas.



