Legisladores oficialistas impulsan un RIGI a medida para el hidrógeno verde, un área estratégica con estabilidad fiscal por treinta años.
Un nuevo proyecto de ley fue presentado por legisladores oficialistas para establecer un nuevo esquema de incentivos para inversiones que se complementaría con el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), pero aplicado para una industria específica: la del hidrógeno de origen renovable y de bajas emisiones. Es un recurso que se considera clave para la generación energética en el mediano y largo plazo y para el cual el país cuenta con ventajas comparativas que pueden significar inversiones millonarias.
La iniciativa, que ya se encuentra en la Cámara de Diputados, tiene en cuenta que el tipo de proyectos que apuestan por el hidrógeno limpio requieren plazos de desarrollo más extensos, algo que la industria venía reclamando para destrabar inversiones que están a la espera.
El proyecto está alineado con la mirada de la Secretaría de Energía y del gobierno nacional, por lo que se puede considerar como el proyecto oficial a partir del cual se buscarán los consensos con el resto de las bancadas.
El Proyecto de Ley 3503-D-2025 fue presentado por los diputados Lorena Villaverde (Neuquén-LLA) y Martín Maquieyra (La Pampa-PRO), y establece un marco normativo para promover inversiones en la industria del hidrógeno renovable y de bajas emisiones, declarando estas actividades de interés nacional.
El objetivo principal de esta adaptación es brindar las condiciones de previsibilidad, estabilidad y seguridad jurídica, esenciales para atraer las grandes inversiones necesarias para explotar el potencial de Argentina en la producción de hidrógeno.
El potencial de la Argentina para el futuro de la energía
Argentina cuenta con abundantes recursos eólicos, particularmente en la Patagonia, y solares en Cuyo y el Noroeste. Estas fuentes de energía renovable son esenciales para la producción de hidrógeno verde a través de la electrólisis del agua.
Se estima que para 2050 Argentina podría producir al menos 5 millones de toneladas anuales de hidrógeno de bajas emisiones. Para 2030, el objetivo es superar el millón de toneladas anuales de hidrógeno verde con una capacidad de electrolizadores de más de 5 gigavatios (GW).
Las proyecciones para 2030 y 2050 sitúan a Argentina entre los países con los costos de producción de hidrógeno más bajos a nivel global, especialmente en la región patagónica. El hidrógeno puede contribuir significativamente a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en sectores como la generación de energía y los procesos industriales.
Además, su desarrollo representa una oportunidad para la reindustrialización del país, la creación de nuevos empleos (estimando 50.000 para 2050) y el incremento de las exportaciones (hasta 15.000 millones de dólares para 2050).
Argentina ya produce hidrógeno para industrias como la de fertilizantes y la refinación de petróleo. También cuenta con plantas experimentales de producción de hidrógeno, como Hychico en Chubut y Pico Truncado en Santa Cruz que producen hidrógeno verde.
Un RIGI a medida
El proyecto reconoce que la fase de factibilidad de los proyectos de hidrógeno puede demorar entre dos y tres años, y el inicio de la construcción hasta cinco años, lo que difiere de los tiempos de otras industrias con mayor maduración. Por ello, se busca flexibilizar los plazos y requisitos de inversión del RIGI para esta industria estratégica.
Entre las modificaciones clave, se propone ampliar el plazo de adhesión al RIGI de dos a cinco años para los proyectos de hidrógeno renovable y de bajas emisiones, contados desde la entrada en vigencia de la nueva ley.
Además, se flexibiliza la exigencia de cumplimiento del monto mínimo de inversión, otorgando un plazo de tres años desde la adhesión al régimen para alcanzar dicho monto, tanto en proyectos del régimen general como en los de exportación estratégica a largo plazo. La autoridad de aplicación de la ley será la encargada de evaluar los proyectos para la adhesión al RIGI.
El proyecto de ley también declara de interés nacional las inversiones en el desarrollo, producción, transporte, almacenamiento, exportación y uso del hidrógeno de origen renovable y de bajas emisiones, así como sus derivados, en todo el territorio nacional.
Además, se establece una cláusula de estabilidad tributaria por treinta años para los proyectos de inversión vinculados a la cadena de valor del hidrógeno, lo que implica que no serán afectados por la derogación de la ley ni por la creación o incremento de tributos que resulten más costosos que los vigentes al momento de su sanción. Esta estabilidad se aplicará incluso a proyectos que no adhieran al RIGI.