Ante las declaraciones de una importante funcionaria estadounidense en la Argentina los establecimientos productivos que ya venían sufriendo la crisis interna del sector quedaron aún más golpeados. En Santa Rosa, el frigorífico Carnes Pampeanas paralizó su faena por una semana.
“Vamos a poner a Estados Unidos primero, no a la carne desde la Argentina”, aseguró la secretaria de Agricultura norteamericana, Brooke Rollins, en una entrevista concedida a Fox News, donde defendió la gestión que está llevando adelante el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
En medio de la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos, entre ellos los establecidos en torno al 10 % para Argentina, suspendidos por noventa días en estos momentos, las declaraciones de la funcionaria preocupan aún más a un sector que ya se encontraba en crisis como es el de la carne.
Rollins ya había sido funcionaria en el primer gobierno del republicano y es especialista en temas agrícolas. Respecto de la inestabilidad provocada en los mercados tras el anuncio de las medidas arancelarias, la funcionaria lo minimizó e indicó que sólo «se están ajustando».
El impacto en los frigoríficos pampeanos
Casi el 15 ó 20 % de lo que exportan los frigoríficos de La Pampa tiene como destino a los Estados Unidos, por lo que si finalmente el gobierno norteamericano deja de comprar, la situación para la industria sería sumamente compleja. A los problemas internos como el bajo consumo y los altos costos operativos en dólares, se agregaría este nuevo problema con uno de los principales países a los cuales se les exporta carne.
En Santa Rosa, el frigorífico Carnes Pampeanas paralizó su faena por una semana y dio vacaciones a sus trabajadores en medio de la incertidumbre sobre cómo se resolverá esta situación.
Alfredo Cassani, CEO del Grupo Lequio —a cargo del control de la planta—, aseguró que, a pesar de la preocupación por la situación internacional, el principal problema es doméstico. «El panorama es negro. Tenemos una carga impositiva y costos operativos que nos dejan fuera de competencia», afirmó.
El empresario reveló que el frigorífico ubicado entre Santa Rosa y Anguil, con capacidad para faenar 700 cabezas diarias, actualmente procesa solo unas 400. En ese marco, decidieron dar vacaciones por una semana a los trabajadores. Uno de los pedidos de Cassani para combatir la crisis fue levantar la barrera sanitaria al sur del Río Colorado. «Ya cumplió su función. Hoy es una traba interna que resta credibilidad a las exigencias sanitarias que planteamos al mundo», dijo.
Por otra parte, en General Pico, también se conoció que el Frigorífico Pico despidió a casi un centenar de empleados. El establecimiento piquense es uno de los más afectados por el derrumbe histórico en el consumo de carne y la consecuente caída de la actividad comercial.