Halloween ya no es solo disfraces y calabazas. En Argentina, la fecha se consolidó como una de las más rentables del calendario comercial, impulsando la venta de golosinas y productos temáticos que cada año ganan más espacio en góndolas, kioscos y plataformas online. Marcas como Arcor, Misky y Billiken entendieron que detrás del truco hay una oportunidad de negocio.
Durante los últimos años, Halloween pasó de ser una celebración importada a un fenómeno local que moviliza consumo, creatividad y estrategias de marketing estacional. Según informes sobre tendencias de consumo y marketing en América Latina, la festividad se convirtió en una de las fechas con mayor retorno para las marcas que apelan a la emoción y al impulso de compra. Las vidrieras naranjas y negras ya no son exclusivas de los supermercados: hoy los kioscos y pequeños comercios también aprovechan el momento para atraer a un público cada vez más receptivo a lo temático y lo divertido.
Arcor fue una de las primeras compañías en leer esta tendencia y la convirtió en una estrategia comercial propia. En su catálogo online de temporada, la empresa presenta casi 30 productos inspirados en Halloween, distribuidos entre sus principales líneas de golosinas. Bajo la marca Mogul se destacan las gomitas Monstruitos, Ojitos, Colmillos, Jelly Beans Terroríficos y la serie Mogul Extreme, con versiones de Tubitos y Gusanitos sabor arándano. Fizz, por su parte, ofrece ediciones ácidas como los Lotsa Fizz Pinta Lengua con sabores frutilla, arándano y ananá, mientras que Rocklets sorprende con las variedades Rocklets Max Momia y Rocklets Pesadillas de Chocolate, además de un dispenser temático.
La propuesta se completa con los clásicos chupetines Mister Pops Terroríficos, Murcielapops y Bloodypops, que amplían el universo de productos bajo el sello Arcor. En conjunto, la compañía logró crear una línea que combina color, humor y sabor, diseñada para incentivar la compra por impulso y consolidar a octubre como una de las fechas de mayor consumo de golosinas en Argentina.

A la par, su marca Misky, adquirida por Arcor en 1972 y con planta en la localidad tucumana de La Reducción, también se sumó con una línea propia de productos inspirados en la festividad. Entre ellos se destacan las gomitas con forma de murciélagos, los caramelos Crazy edición Halloween y las tradicionales gomitas colmillos, que refuerzan la presencia del grupo en el segmento infantil y de consumo masivo.
La estrategia no es exclusiva de Arcor. Billiken, otra histórica marca argentina, también apostó al espíritu de octubre con sus líneas Yummy y Bull Dog. La primera presentó variedades como Yummy Arañitas y Yummy Terror, mientras que Bull Dog, su clásica gama de regaliz, sumó una edición Bull Dog Terror con sabores ácidos. Estas propuestas apuntan a los más chicos, pero también dinamizan el punto de venta con envases llamativos y temáticas visuales, reforzando el atractivo de temporada.

Del consumo masivo al punto de venta: el efecto Halloween en los negocios
Para los comercios, Halloween representa una oportunidad cada vez más clara. Las golosinas son el producto estrella de la fecha y su demanda crece año tras año, impulsada por campañas visuales, promociones “2×1” y combos temáticos. Desde el marketing se recomienda a los pequeños negocios sumarse a la estacionalidad con creatividad, mediante empaques personalizados, ambientaciones en los locales y acciones en redes sociales que aprovechen el potencial visual de la fecha. La clave está en no perder la oportunidad de estar presentes en un momento del año en el que el consumo emocional supera al racional.
Arcor, Misky y Billiken demostraron que Halloween no es solo una tradición extranjera: es una estrategia comercial que genera valor y cercanía con el consumidor. En un mercado que combina nostalgia, innovación y experiencia, las golosinas argentinas encontraron su propio truco para ganar en octubre.



