En un informe especial para la Revista Más Industrias, el Ing. Alejandro Pérez Martín, de Consultora Sustentable, explica qué beneficios obtienen las Pymes al aplicar los nuevos modelos económicos que promueven las inversiones sustentables y la importancia del desarrollo de proyectos que evalúan impactos sociales y ambientales.
Desde el año 2020 el Protocolo de Kyoto fue reemplazado por el Acuerdo de París, el cual tiene como objetivo redoblar los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura del planeta y alcanzar la neutralidad climática en 2050, es decir, que la cantidad de CO2 liberado a la atmósfera sea equivalente a la concentración que se absorbe.
Los países firmantes de dicho Acuerdo se encuentran trabajando, a través de diversas estrategias, para disminuir su huella de carbono. Específicamente, en la Unión Europea, el compromiso de cumplir con las metas pautadas, pasó a ser a una obligación establecida por Ley, donde se incorporan sanciones impositivas a aquellas organizaciones que no cumplan con metas de reducción de carbono en una escala de tiempo definido (sinónimo de barrera arancelaria).
En éste escenario de transición hacia un modelo de desarrollo sostenible, donde la conciencia de la población ha madurado, y son las generaciones jóvenes las que interrumpen la escena política mundial para exigir a los gobernantes acción ambiental inmediata, el mercado en respuesta, deja entrever una oportunidad y propone beneficios para las empresas que desarrollen proyectos sustentables de triple impacto; es decir, actividades productivas ambientalmente correctas, socialmente justas y económicamente viables.
Hoy, la sustentabilidad es una herramienta disponible para aquellas PyMEs que deseen acceder a financiamiento e impulsar unidades de negocios, a través instrumentos innovadores, denominados: Bonos Sociales, Verdes y Sustentables (“Bonos SVS”). Este instrumento financiero, por lo planteado al inicio, es un producto cada vez más atractivo para inversores que voluntariamente o no, quieran contribuir al desarrollo sostenible.
Recientemente la Comisión Nacional de Valores (CNV) publicó una guía de buenas prácticas para la emisión de Bonos SVS, con el fin de difundir los estándares internacionales y las pautas para evaluar los activos elegibles.
Por otra parte, desde la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), las principales entidades financieras que operan en nuestro país, en 2019 se unieron en el desarrollo de un Protocolo de Finanzas Sostenibles, para facilitar y promover prácticas de inversión sustentables dentro del sistema financiero argentino. Una acción concreta de esta iniciativa fue la incorporación de una evaluación de riesgos ambientales y sociales al momento de analizar el otorgamiento de un crédito tradicional. Por esta razón, resulta de gran importancia la adhesión de Bancos Provinciales, con fuerte injerencia en las redes productivas locales y regionales de nuestro país.
Es decir, el escenario es propicio y las pautas están dadas. Esto se refleja a nivel global, donde las finanzas sostenibles en 2022 rompieron la barrera de los US$ 3,5 billones (según Climate Bond Initiative), y las proyecciones de esta misma organización dicen que llegará a los US$ 5 billones en 2025.
En el ámbito nacional, en diciembre, la bodega mendocina Domaine Bousquet negoció un instrumento etiquetado como sustentable por un monto de US$ 400.000. Desde el sector estatal, en noviembre, el gobierno de la ciudad de Córdoba, fue el primer municipio en emitir un bono verde en la Argentina por un monto de $2.000 millones a 36 meses de plazo, con el objeto de desarrollar obras de infraestructura como medidas de mitigación y adaptación al cambio climático.
En síntesis, la adaptación a este nuevo modelo económico a través de las herramientas e instrumentos mencionados puede resultar una oportunidad, o significar un riesgo para aquellas PyMEs que no se amolden a las nuevas pautas de sustentabilidad que el mercado comienza a exigir cada vez más.
La sustentabilidad empresaria es una forma concreta y tangible de generar valor agregado en los productos/servicios que se desarrollan en nuestro país, está en nosotros aprovechar el potencial que tenemos y sumarnos a la tendencia creciente de inversiones sostenibles a nivel mundial.



