Elaborados a partir del rastrojo del trigo, Paja es la primera fábrica de este tipo en el país y en Latinoamérica.
Dos emprendedores argentinos fabrican sorbetes 100 % ecológicos. La materia prima que utilizan para fabricarlos es el rastrojo, también conocido como paja o tallo del trigo. Luego de la cosecha tradicional del cultivo, realizan una cosecha del rastrojo solamente, que no contiene gluten.
“El rastrojo no tiene otro uso en el campo que como cobertor del suelo para proteger el próximo cultivo, pero nosotros también dejamos gran parte de rastrojo en el suelo”, explicó Francisco Ben, uno de los fundadores. El otro es su amigo, Franco De Stefano, ambos de la ciudad bonaerense de Bragado.
El proceso de elaboración de los sorbetes consiste en varias etapas que inician en el clasificado, el cortado, el esterilizado y, por último, el envasado y empaquetado.
La materia prima proviene de campos alrededor de Bragado y se estima que el rendimiento en siembras de densidad normal es de 3 millones de plantas por hectárea.
Los sorbetes duran en el vaso todo el tiempo que quiera el usuario, a diferencia de los sorbetes de cartón o de papel. Son 100 % compostables y biodegradables y al entrar en contacto con la tierra, se descomponen rápidamente y aportan abono a la misma.
“Mientras que los nuestros se descomponen rápidamente y solo tienen un impacto positivo, los de plástico tardan hasta mil años en hacerlo. Los sorbetes de plástico son el cuarto residuo más común en los océanos”, detalló Francisco.
Entre las ventajas del uso de los sorbetes ecológicos también se mencionan que no liberan ningún tipo de microplástico y se pueden utilizar para temperaturas calientes. En general, se comercializan como descartables, pero solo en hogares se pueden reutilizar por un motivo de higiene.
Los sorbetes tienen un precio de entre 40 y 80 pesos, según la cantidad y su medida. Cien sorbetes cortos cuestan 80 pesos cada uno y cien sorbetes largos cuestan casi 100 pesos cada uno.
Los emprendedores están ubicados en CABA y hacen envíos a todo el país de manera tercerizada. Actualmente, sus productos se comercializan en ocho provincias entre las que se encuentran Córdoba, Santa Fe, Misiones, Tierra del fuego, Santa Fe, Salta, Buenos Aires, Mendoza y otros lugares en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“Para este año nuestros desafíos son llegar a comercializar nuestros sorbetes en todas las provincias, para así poder brindar la oportunidad de que cada argentino elija un consumo más responsable. Además llegar a realizar una primera exportación y automatizar al máximo la producción de nuestros sorbetes”, finalizó Francisco, quien inició este proceso en 2024.