Frutas y verduras, los indicadores estacionales, fueron una ayuda importante en la búsqueda del Gobierno de controlar la inflación.
Las expectativas por una inflación menor al 2 % en junio podrían cumplirse cuando el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dé a conocer esta tarde el Índice de Precios al Consumidor, debido al probable aporte a la baja que volverán a representar los precios de las frutas y las verduras.
A horas de la difusión del IPC de junio que, entre otras cosas, determinará el ajuste en las jubilaciones y asignaciones familiares de agosto, la variación de los precios de las frutas y las hortalizas, tubérculos y legumbres en el Mercado Central de Buenos Aires (MCBA) cobra especial interés, dada su alta correlación con la medición oficial, de acuerdo con el relevamiento del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
Las consultoras previeron un incremento de los precios minoristas para el mes pasado del 1,8 %, según el promedio del último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), en tanto las principales entidades dieron a conocer en los últimos días estimaciones dentro del rango del 1,7 % al 2,1 %.
Entre los componentes que inciden en la variación que finalmente dará a conocer el Indec a las 16, los precios y las tarifas reguladas se anotan entre los que impulsarán subas por encima del 2 %, si se presta atención a los ajustes en el transporte público, la energía eléctrica, el agua corriente y el gas natural, además de las cuotas de las empresas de medicina prepaga y los establecimientos educativos privados.
Pero los precios estacionales, en especial los alimentos frescos, vienen siendo un contrapeso en los últimos meses que permitieron en gran medida la desaceleración del IPC respecto del 3,7 % de marzo.
El precio de las frutas y las verduras descendió
En junio, el promedio ponderado de las seis especies de hortalizas más vendidas en el MCBA (papa, tomate, zapallo, cebolla, lechuga y batata) tuvo una contracción del 1,2 % en relación con el nivel de mayo.
En el análisis de CEPA, “la tendencia evolutiva del índice provocaría una caída de 15,8 % en el segmento VTL (Verduras, tubérculos y legumbres) del IPC respecto a mayo”.
“De esta manera, el ponderador de la división Alimentos y Bebidas no alcohólicas, que es de 2,2 % en el IPC, mostraría una tendencia a la baja de 0,3 % en el índice del mes de junio”, precisó.
La lechuga, la papa y la batata mostraron un aumento en sus precios de 89,5 %, 3,6 % y 3,3 % respectivamente, en tanto hubo caídas del 19,8 % en el precio del tomate, 19,5 % en el del zapallo y 1,6 % en el de la cebolla.
“A pesar de la menor producción en Buenos Aires y Mendoza por las bajas temperaturas, el aporte del Norte Argentino y Corrientes aseguró el abastecimiento y bajó los precios, excepto en los tomates de Chile y Salta, que mantuvieron valores altos”, indicó la entidad, que detalló que “los tomates chilenos costaron 72 % más que los de Jujuy y 77,8 % más que los de Corrientes”.
En cuanto al segmento de las cuatro frutas más comercializadas (banana, limón, manzana y naranja), mostró una caída mensual en sus precios ponderados de 8,7 %, lo que permite proyectar un descenso en el precio del 15,6 %.
Ese implicaría un impacto del 1,3 % del ponderador de la división de Alimentos del IPC, por lo cual “indicaría una tendencia a la baja de 0,2 % en el rubro Frutas del IPC de junio”, precisó CEPA, con lo que la suma de los dos componentes aportaría un descenso de medio punto porcentual.
El mes pasado, la única suba de precios en este segmento se registró en la manzana (2,1 %), mientras que la naranja, el limón y la banana registraron bajas del 21,7 %, 16,3 % y 9 %, respectivamente.