A partir de abril rige en Argentina un nuevo régimen tarifario para el gas natural, una medida que impacta con mayor fuerza en las provincias patagónicas, que se enfrentan a aumentos de hasta 1.000 %.
El Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) dio a conocer ayer los nuevos cuadros tarifarios de las licenciatarias de transporte y distribución de gas por redes. La principal modificación es el traslado de todo el costo que genera la distribución (VAD) que recaerá sobre los usuarios, provocando subas que superen el 1.000 % en algunos casos.
Hay que tener en cuenta que las próximas dos boletas, que vencen en los primeros días de mayo y de junio, facturan el gas consumido en el período 2, que abarca desde los últimos días de febrero a los últimos días de abril, cuando las temperaturas en esta región todavía son llevaderas y los calefactores aun están apagados. Sin embargo, habrá que prestar atención a los montos —que ya vendrán con un fuerte incremento— para prevenirse respecto de los siguientes, que vencerán en agosto, septiembre (período 3), octubre y noviembre (período 4), pues allí estarán los consumos de los dos últimos meses del otoño y los dos primeros del invierno, respectivamente.
La medida de trasladar la actualización del VAD completamente en el cargo fijo había sido solicitada por las propias distribuidoras —entre ellas, Camuzzi Gas Pampeana— para aplanar sus ingresos a lo largo de todo el año y, de esa manera, tener más previsibilidad. Los sectores que recibirán más impacto son los de Nivel 1, que representan al 40 % de los hogares. Luego, los sectores de Nivel 2 y 3, de sectores populares, tendrán un aumento algo atenuado.
La situación en La Pampa
Para la región patagónica, el cargo fijo. que no varía en función del consumo, el Enargas autorizó una fuerte suba para el cargo variable incluido dentro del nuevo cuadro tarifario, que cubre el precio del gas y el margen de transporte.
Los aumentos recaerán mayormente en los usuarios N1, de altos ingresos. Para los del segmento N2 no habría cambios y se mantiene el beneficio de la Zona Fría, que implica un 50 % de descuento en la factura. Desde la distribuidora Camuzzi Gas Pampeana aclararon que existen ocho categorías de usuarios, pero ejemplificaron con dos de ellas: el R1, que es el usuario de bajos consumos, sea por tipo de vivienda, como por cantidad de habitantes, que podría ser una persona sola o una pareja que esta mucho tiempo fuera de la casa.
“El R1 pagará una factura mensual de entre 6.300 y 7.500 pesos (dependiendo de la localidad en la que habite). Ese usuario venía pagando en promedio 1.800 pesos mensuales”, explicaron. Un aumento de este tipo se ubica en el orden del 416 %.
En el caso del usuario R3-1, que sería un hogar promedio argentino, con adultos y niños en la casa, pagaba hasta ahora una factura promedio de 4.150 pesos mensuales y pasará a abonar entre 15.000 y 18.000, dependiendo de la localidad. Aquí el incremento ronda el 433 %. En los dos ejemplos, desde la empresa distribuidora aclararon que están incluidos los impuestos y el descuento por Zona Fría, es decir, que el precio mencionado es el final; y que realizan los cálculos en base a un promedio de las doce facturas que se pagan en todo el año.
Qué se considera tarifa plana
Refiere al hecho de que, si bien la tarifa no será plana en un 100 %, no variará tanto entre cada una de las facturas, ya que la mayoría de lo que se pagaba variaba en torno al consumo. Ahora, el incremento irá directo a un cargo fijo, que no depende del consumo diferenciado entre invierno y verano.
El cargo variable se aplica sobre los metros cúbicos de gas natural consumidos. El cargo fijo, por otra parte, es el que se cobra por la actividad más allá de si el gas sea consumido o no, necesaria para que esté disponible cuando el usuario quiera prender la hornalla; es decir, los costos de extracción, transporte y distribución.
Los aumentos históricamente apuntaban al cargo que variaba dependiendo del nivel de consumo, que tenía como parte contraproducente dos cuestiones: si no se consume, la actividad no se remunera, y la aparición de saltos muy grandes entre facturas que el usuario no esperaba, por un incremento en el consumo. Ahora, no se llega a una factura totalmente plana, pero sí más previsible.