Uno de los productos con mayor valor agregado que exporta el país, como lo es la harina de soja, podría verse en riesgo de perder el mercado europeo si Estados Unidos acrecienta su producción.
Este fin de semana la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente Donald Trump sellaron en Escocia un acuerdo comercial por medio del cual Estados Unidos aplicará un arancel adicional del 15 % a las importaciones provenientes del bloque continental.
Un comunicado oficial de la Unión Europea (UE) señaló que el arancel no será aplicado “para una serie de productos estratégicos”, entre los cuales se incluyen “ciertos productos agrícolas, recursos naturales y materias primas esenciales”, aunque no se aclaró a cuáles se refiere.
En tanto, un comunicado de la Casa Blanca indicó que la UE-27 “adquirirá 750.000 millones de dólares en energía estadounidense y realizará nuevas inversiones por 600.000 millones de dólares en Estados Unidos, todo ello para 2028”.
También aclararon que “EE.UU. y la Unión Europea tienen la intención de colaborar para abordar las barreras no arancelarias que afectan al comercio de alimentos y productos agrícolas, incluyendo la simplificación de los requisitos de los certificados sanitarios para la carne de cerdo y los productos lácteos estadounidenses”.
Si bien los comunicados oficiales no hacen mención alguna a productos del complejo sojero, se trata de un aspecto clave que podría llegar a estar incluido en lo sucesivo, lo que representa un riesgo para las naciones del Mercosur ya que no sólo afectaría a Argentina, sino también Brasil, por ejemplo.
Estados Unidos, con el crecimiento previsto de la producción de harina de soja, consecuencia directa del régimen de promoción de biodiésel aprobado este año, necesita ampliar las exportaciones de ese producto y Europa es un mercado clave.
Argentina y Brasil, actualmente los mayores proveedores para Europa
Estos dos países son los que más le venden poroto y harina de soja actualmente de la UE-27. En los primeros veinte días de julio, por ejemplo, Brasil representó el 68 % del aprovisionamiento de poroto, mientras que ese país junto a la Argentina explicaron el 84 % de las importaciones europeas de harina de soja, según datos oficiales de la UE-27.
Estados Unidos ya cuenta a partir de 2026 con una ventaja comparativa para posicionarse en el mercado europea al haber sido clasificado como país de riesgo “bajo” en el marco del reglamento 1.115 de la UE-27, mientras que Brasil y la Argentina, junto con Paraguay, fueron clasificados como naciones de riesgo “medio”.
Se trata de un aspecto clave porque a partir de 2026 los productos de países de bajo riesgo estarán sujetos a un procedimiento simplificado de control, el cual se intensificará de manera proporcional en las siguientes categorías.
En otros productos agroindustriales, en cambio, Estados Unidos ya tiene una posición de liderazgo en el mercado europeo, como es el caso del bioetanol, donde la UE-27 es el segundo comprador en importancia por detrás de Canadá. En tanto, en maíz es el quinto mercado de Estados Unidos por detrás de México, Japón, Colombia y Corea.