Nada mejor para acompañar el mate que unos buenos bizcochitos. ¿Y qué mejor, dentro de ese rubro, que los Don Satur? Es incontable la cantidad de argentinos que compartieron mañanas, tardes y noches junto a algunos de los productos que elabora Don Satur, ideales para charlas, viajes, reuniones de trabajo o estudio, encuentros familiares o incluso en soledad mientras se toma un respiro de la vorágine diaria.
Saturnino Martínez, el creador de Don Satur
Saturnino Martínez nació en 1903 en Soria, una ciudad en la Comunidad de Castilla, España. La mayor parte de su vida la transcurrió en sus tierras, pero en la década del 50 decidió probar suerte en la Argentina y llegó junto a su familia al barrio porteño de Liniers. Allí abrió una panadería que fabricaba todo tipo de productos, pero sin lugar a dudas los bizcochitos de grasa eran los protagonistas del lugar. Cuentan que los clientes hacían largas filas para poder comprar una bolsa de su producto estrella.
A medida que la demanda de sus bizcochitos crecía, Saturnino, junto a sus hijos Fernando y Pedro, decidieron cambiar de rumbo. En 1967, cerraron la panadería y fundaron Don Satur, una empresa dedicada exclusivamente a la producción de estos populares bizcochitos. La fábrica se estableció en Ramos Mejía, en el partido de La Matanza, Buenos Aires, donde la marca comenzó a tomar forma y se posicionó rápidamente como un referente en la industria.
Con 57 años de existencia, Don Satur no solo tomó como marca el nombre de su fundador, sino también su imagen, que se mantiene como insignia hasta el día de hoy. Junto a ella, un emblema que define a la perfección quién fue Saturnino Martínez: “el prócer del bizcocho”.
Crecimiento de la compañía y nuevos productos
En la década del 90 la fábrica de bizcochos de grasa diversificó su producción, asociándose con una marca española para producir magdalenas bajo el nombre de Dulcypas. Más tarde fueron sumando más productos como galletitas tipo crackers, pepas, pan dulce, budines e incluso yerba mate, que se añadieron a sus cuatro versiones de bizcochitos (salados, dulces, mini tortitas negras y sabor queso).
En 2014, la firma inauguró una nueva planta en la localidad bonaerense de Lobos, afianzándose como una de las empresas más importantes de la provincia. Allí se producen diariamente 20 millones de bizcochitos y 40.000 magdalenas, dando trabajo a más de 200 empleados.
La publicidad no tradicional y el mundo de las redes
Debido al profundo arraigo popular que Don Satur posee, trasciende clases sociales y franjas etarias y, gracias a las nuevas formas de comunicación, ha recibido en distintas ocasiones mucha repercusión en las redes. Desde emisarios del Fondo Monetario Internacional consumiendo sus productos en reuniones con políticos argentinos hasta chicos que se disfrazaron del icónico paquete durante su viaje de egresados.
Una de las últimas apariciones involuntarias de la marca que rápidamente fue viralizada tuvo que ver con los campeones del mundo. Los defensores de la selección argentina de fútbol, Lisandro Martínez y “Cuti” Romero, subieron una foto a sus redes compartiendo unos Don Satur. Y más recientemente, Rodrigo De Paul también declaró en un programa de streaming ser fanático de los populares bizcochitos, demostrando que la creación de aquel panadero español se convirtió en algo tan nuestro como la Scaloneta.