El Día Mundial del Reciclaje se celebra cada año desde 2005 para concientizar sobre la necesidad de gestionar los residuos de manera adecuada para evitar el desperdicio de recursos y la contaminación.
En la Argentina, el 64% de la población separa los reciclables al momento de tirar los residuos, según Ecoplas, una asociación civil sin fines de lucro especializada en plásticos y medio ambiente. De este porcentaje, cuatro de cada diez considera que sabe cómo hacerlo, mientras que el resto lo hace a pesar de que le falta información.
Una gran mayoría de los consultados coincide en la necesidad de reciclar: el 83% de quienes no se ocupan de separar residuos reconoce que le gustaría hacerlo, pero no puede por falta de infraestructura, tiempo o desconocimiento, lo que revela no sólo dificultad en el acceso a la información sino también a los centros para reciclaje.
El mismo estudio revela que en los últimos años aumentó el nivel de concientización sobre el tema y que la pandemia marcó un punto de inflexión. Después de 2020 un 21% de los encuestados sumó este hábito en sus hogares y se evidenció un consenso mayoritario en relación a los beneficios del plástico como recurso: un 64% estuvo de acuerdo con la afirmación “El plástico es un recurso útil durante la pandemia
de coronavirus: máscaras, guantes, barbijos, etcétera».
¿Cuándo se celebra el Día Mundial del Reciclaje?
El Día Internacional del Reciclaje se celebra el 17 de mayo de cada año desde 2005.
¿Por qué se celebra el Día del Reciclaje?
Este día fue declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) con la finalidad de concientizar a la población sobre la utilidad de reciclar y contribuir con ello al cuidado del medio ambiente y a la sostenibilidad del planeta.
¿Qué es el reciclaje?
El reciclaje, en esencia, es la transformación de residuos en nuevos materiales o productos, evitando así el desperdicio de recursos valiosos y reduciendo la contaminación que se genera.
El primer paso de este proceso es la separación en origen, ya fuera en el hogar, el trabajo o cualquier otra institución. Le sigue la recolección diferenciada y, por último, la etapa de reciclaje en sí, del que se ocupa la industria que, en la Argentina, aún tiene capacidad ociosa.
Esta práctica se sustenta en la regla de las cinco R: rechazar, reducir, reutilizar, recuperar y reciclar.
La regla de las cinco R
El concepto de reciclaje se basó originalmente en la regla de las tres R: reducir, reutilizar y reciclar. Con el tiempo y el entusiasmo de los consumidores de ir un paso más allá, en 2013 la activista y escritora francesa Bea Johnson presentó en su libro Zero Waste Home (“Hogar de Basura Cero”) una idea superadora, la de las 5R.
A diferencia de la fórmula anterior, Johnson se fijó el propósito de contener el problema desde el origen, ampliando la idea de una correcta disposición para incluir también la de disminuir la cantidad de productos que consumimos y así la cantidad de desechos que debamos reciclar.
Rechazar
Un desecho que no se produce es aún mejor que uno que se gestiona de manera correcta. Por ejemplo, se pude prescindir de las bolsas que ofrecen los negocios al hacer una compra llevando una de tela desde casa. De la misma manera, conviene rechazar un producto si se advierte que su packaging es exagerado o que viene desde muy lejos y así evitar el impacto del transporte.
Reducir
La reducción es la acción de disminuir la cantidad de residuos que se generan y que luego necesitan ser tratados y reciclados. Implica un cambio en el estilo de vida y consumo, optando por productos más ecológicos y con menos envases.
Comprando a granel se reduce el plástico de los envases e imprimiendo doble faz se gasta la mitad del papel, por ejemplo. También es deseable reducir el consumo de energía y los recursos, sin desperdiciar.
Reutilizar
La reutilización es la acción de dar un nuevo uso a los objetos que ya no se necesitan o que han cumplido su función original. Es una práctica que requiere creatividad y una actitud positiva hacia los residuos, viéndolos como una oportunidad y no como un problema.
Reutilizar ayuda a alargar la vida útil de los materiales y a reducir la demanda de nuevos productos.
Algunos ejemplos de reutilización se dan al eliminar los plásticos de un solo uso y reemplazarlos por sus versiones reutilizables, como botellas de vidrio, sorbetes metálicos, platos y cubiertos. Las cajas pueden transformarse en organizadores. Y antes de tirar algo a la basura, pensar si ese objeto puede tener una segunda vida convertido en otra cosa, lo que nos lleva al siguiente punto.
Recuperar
Cada vez existen más clubes de reparadores que alargan la vida útil de los objetos y más talleres de diferentes rubros en los barrios que estiran el final de las prendas de indumentaria, bicicletas o aparatos electrónicos. En casa, las reparaciones y transformaciones con nuevo uso para la ropa, los juguetes y otros objetos también son bienvenidas.
Reciclar
La última práctica es una responsabilidad y una colaboración de todos los agentes implicados, desde los ciudadanos hasta las empresas y las administraciones. Es una actividad que ayuda a ahorrar energía y materias primas, y a proteger el medio ambiente.
Algunos ejemplos de reciclaje son: fabricar papel reciclado a partir de periódicos viejos, convertir botellas de plástico en fibras textiles, fundir latas de aluminio para hacer nuevos envases, etc.
Empresas Argentinas que fabrican productos con plásticos reciclados
Estas empresas argentinas fabrican productos con plásticos reciclados:
- Amiplast: bobinas para bolsas de residuos.
- LP S.R.L.: film para coberturas en general o aislantes para la construcción
- Bandex S.A.: láminas, bobinas, envases, bandejas, estuches.
- Cotnyl: bandejas plásticas, platos, potes, cazuelas.
- Arqlite: Piedras plásticas.
- Proyecto Mutan: lentes.
- Dangen: mobiliario para plazas y escuelas.
- Reciclados Patagónicos: madera plástica, postes para alambrado, tranqueras, pallets, bancos para plaza, juegos infantiles, toboganes.