En los últimos años, la sidra argentina abandonó el lugar protagonista que tenía en las Fiestas para colarse en el consumo de todo el año, especialmente entre los más jóvenes, que la están adoptando en sus nuevas variedades y formatos.
Tradicionalmente, la sidra se descorchaba a las 12 de la noche del 31 de diciembre. Después del brindis, no se la veía en la mesa hasta el año siguiente. Hoy es diferente: esta bebida logró consolidarse en el mundo para su consumo en cualquier momento del día o de la noche.
Según la consultora internacional Future Market Insights, el mercado mundial de la sidra alcanzará una valoración de 17.900 millones de dólares este año y se proyecta que llegará a 27.300 millones de dólares para 2033. Y nuestro país no escapa a esta tendencia.
Sidra argentina: ¿quién la produce y cuánto se consume?
Según la empresa CCU, que produce más del 50% de las sidras que se venden en el país, entre las que se encuentran Sidra Real, Sidra 1888 y Sidras Pehuenia, la Argentina ya ocupa el sexto puesto en consumo de esta bebida en todo el mundo, detrás de España, Estados Unidos y las naciones del Reino Unido.
Localmente, la sidra creció en preferencia frente a otras categorías alcohólicas, según un estudio de la consultora GFK, que estima la producción argentina en alrededor de cincuenta millones de litros y las exportaciones en unos diez millones de litros.
Dentro de nuestro país, solamente el Alto Valle de Río Negro y Neuquén concentran el 85 por ciento del volumen de la producción total de manzana, zona donde existe una serie de agroindustrias elaboradoras de sidras y jugos concentrados. Desde 2021 se celebra también el Festival de la Sidra en General Roca en la misma provincia con gran afluencia de público.
El Gobierno de Río Negro expresó su intención de incrementar el actual consumo per cápita de 0,8 litros por año de sidra a un mínimo de dos. Y es por eso que viene trabajando junto con pequeños y medianos productores, científicos y Universidad Nacional de Río Negro en su desarrollo.
“Queremos que en los próximos diez años haya un reconocimiento muy fuerte, con más productos y más presencia en las góndolas. Hoy la sidra ocupa un espacio reducido, lo que significa que su hábito de consumo es restringido. Queremos revertir esa situación, pero para que eso ocurra tenemos que generar más oferta, y a su vez, promover un código alimentario acorde a lo que el mundo necesita”, comentó Carlos Banacloy, ministro de Producción y Agroindustria de la provincia.
La sidra en lata
Tanto se está popularizando el consumo que, a fines del año pasado, las marcas de sidras argentinas Sidra 1888, Sidra Real y Sidras Pehuenia lanzaron sus primeras latas de 473 centímetros cúbicos, un “formato práctico que logra enfriarse de una manera mucho más rápida”, “favorece el consumo individual” y “permite incorporarla en nuevas ocasiones de consumo por su practicidad para el traslado”, según declaró la marca en su presentación.
En paralelo, en los últimos meses de 2022, Bodegas Cuvillier, de Familia Saccani, inauguró una nueva línea de producción de sidra en su fábrica de San Fernando que implicó una inversión de 600 millones de pesos y permitirá envasar 15.000 latas por hora. La suma permitirá a la planta ampliar su producción, que incluye las marcas Sidra 1930, Sidra del Valle e Isidra, la sidra de Cerveza Patagonia.
A esta tendencia se sumó también la empresa Jugos S.A. de Villa Regina, Río Negro, que desde hace cuarenta años produce jugos concentrados de manzana y pera y, luego de años de investigación, lanzó la sidra Reggia en diciembre de 2022. El desarrollo incluyó ensayos con la Universidad Nacional de Río Negro e inversión en equipamiento italiano de última tecnología.
“Hace poquito que largamos y ya tenemos repercusiones muy importantes. Si bien sabíamos que el producto era bueno, está pegando muy fuerte a nivel nacional y seguimos apostando, no solamente con estos productos, sino a otras variedades y otros sabores”, explica a Más Industrias Facundo Iturmendi, departamento de Investigación y Desarrollo de Jugos S.A., que vende sus bebidas en las provincias de Río Negro, Neuquén y La Pampa, y está comenzando un camino lento con nuevos distribuidores en el resto del país.
“En la provincia de Río Negro la producción de manzana y pera que no se consume fresca va a la industria de los jugos concentrados y de la sidra. Hoy en día tratamos de desestacionalizar el consumo y que la sidra sea consumida también por el público joven”, agrega.
“Justamente, estamos viendo el tema de sacar la sidra en latas porque el público te va pidiendo. Estamos buscando no solamente nuevos productos sino también nuevas formas de presentación con menos volúmenes”, concluye Iturmendi.
¿Qué es la sidra?
El Código Alimentario Argentino (CAA) establece la definición de la sidra como una bebida resultante exclusivamente de la fermentación alcohólica normal del jugo de manzanas limpias y sanas, de uso industrial, al que se le puede agregar hasta un 10% de jugo de peras obtenido en iguales condiciones que el de manzanas, fermentado de forma conjunta o separada.
Graduación alcohólica de la sidra
La graduación alcohólica mínima de la sidra es de 4,5% en vol. ±0,3 a 20°C. Por lo general, la mayoría de las sidras contienen entre 5 y 7% de alcohol, aunque en algunas regiones también se elabora el jugo de manzana sin fermentación, que no contiene alcohol y tiene un alto valor nutritivo.
Dulce o seca, natural o gasificada
Asimismo, la sidra con alcohol puede ser dulce o seca, y en ocasiones puede ser gasificada.