Máquinas Bono es una empresa pampeana que fabrica máquinas para la industria del agua envasada. Se especializan en sistemas automáticos de alta producción, de hasta 500 bidones por hora, pero también ofrecen filtros y generadores de dióxido de cloro u ozono, entre otros productos. Aseguran que son el mayor proveedor de máquinas de la Patagonia.
Más Industrias habló con Horacio Bono, titular de la empresa, sobre las nuevas tecnologías que implementan y cómo están terminando el año.
¿Qué es lo que hace que las máquinas que fabrican se destaquen en el mercado?
Son máquinas diseñadas por nosotros mismos, pieza por pieza, completamente automáticas, todas de acero inoxidable. Las instalamos, las ponemos en marcha y hacemos el mantenimiento. Tenemos una trayectoria de unos veinte años en el mercado con muchos clientes en la parte sur del país, las provincias limítrofes de La Pampa y también Chile.
Con el tiempo fueron, además, dedicándose a otros rubros, como el tratamiento del agua. ¿En qué se están especializando últimamente?
Ahora estamos trabajando con mucho énfasis en la ósmosis inversa, tanto para la industria del agua envasada como también para las zonas rurales. El problema acá, en La Pampa y en gran parte del mundo, es que el agua es de mala calidad. Con este proceso uno puede captar agua que no sea apta para consumo humano y filtrarla para que lo sea. Esta tecnología acerca aguas de buena calidad a todas las personas.
¿Quiénes son sus principales clientes?
Para las ósmosis, nuestros clientes son plantas industriales que venden agua envasada: establecimientos rurales, hoteles, edificios, cooperativas y muchos municipios, pero la mayoría de los clientes son del ámbito privado. Y también hacemos ósmosis más chicas para casas particulares. Este proceso mejora el agua no solamente para consumo humano sino también la que se usa para los inodoros, las piletas, porque protege contra el sarro y otros elementos.
Ustedes también fabrican generadores de ozono. ¿Qué uso tienen?
El ozono es un gas desinfectante tan eficiente como el cloro, pero que no tiene poder residual, por lo que una vez que cumple con su objetivo de desinfectar el envase, se volatiliza y queda el agua totalmente esterilizada y sin rastros de cloro, que tan desagradable es para el paladar humano. Uno puede consumir esa agua en perfecto estado, sin gusto residual.
¿Estamos hablando de tecnologías costosas? ¿Cómo es la relación costo/beneficio?
Antes no se le daba importancia a la calidad del agua, pero es un elemento vital para una buena calidad de vida. Y en cuanto a los animales, por ejemplo, un novillo que consume agua mala no engorda, no produce carne. Entonces, el costo de la instalación del equipo se ve compensado por la cantidad de kilos de carne que va a tener ese establecimiento.
¿Cómo están terminando el año?
Con la pandemia nos vimos beneficiados porque muchos empresarios aprovecharon para renovar los equipos y estamos trabajando a full. La verdad que el 2022 fue un año muy bueno. Ojalá que el 2023 sea igual.