Se estima que el 75% de lo cosechado no cumplía con el nivel de proteína requerido para hacer pan, un porcentaje altísimo que afectará considerablemente a la producción.
La Cámara Arbitral de Cereales de Bahía Blanca realizó un informe donde preciso la mala calidad del trigo, al punto de afirmar que el 75% de la cosecha no llega a calidad de pan. Por lo que se plantea seriamente como única alternativa en los productores la posibilidad de fertilizar.
Visto esto, no resultaría extraño que, de las 10,2 millones de toneladas cosechadas según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, más de la mitad no tengan las condiciones justas para la elaboración del pan. La especialista en la calidad del trigo, Marta Cuniberti dialogó con el sitio infocampo.com, planteó diferentes propuestas para ordenar la producción y explicó el fenómeno.
“Históricamente no se había dado la situación de la presente campaña, donde tenemos baja proteína en toda el área de la región triguera. Desde el norte al sur fueron valores muy bajos, y se debe a varias causas, pero la principal es la baja o nula tecnología aplicada por el productor. El nulo uso de fertilizantes nitrogenados, que son los que producen proteína en el grano” explicó la especialista.
Como medida para mantener la producción nacional y distinguir calidades, Cuniberti propuso clasificar la producción triguera en distintas calidades para ofrecer al mercado calidades diferenciadas con precios diferenciales. Distingue entre tres grupos de calidad: Grupo 1, de alta calidad panadera (desde 10,5 a más de 11,5% de proteína); Grupo 2, de calidad buena que toleran altos tiempos de fermentación; y Grupo 3, de buen rendimiento pero calidad standard, no aptos para pan.
Por otra parte, lo clasificó en tres regiones: la norte, que abarca el puerto de Rosario; la sudeste, que tiene el puerto Necochea y Quequén, y la sudoeste, con el puerto de Bahía Blanca.
De esta manera, se deduce que este año el trigo fue utilizado como rotación de los suelos más que como una perspectiva de negocio. A esto también se le sumaron problemas de napas y lluvias abundantes, que por si fuera poco, lavaron el escaso fertilizante que se aplicó. Es una situación dispar, ya que la fórmula dio buenos rendimientos, con un promedio nacional de 32 quintales, pero la mayoría de ellos en mala calidad.
<span style=»font-size: 12px;»>Fuente: Infocampo</span>