En el país transandino, una empresa tambera implementará en su planta una gran cantidad de robots que harán, entre otras cosas, ordeñes automáticos.
En Chile hablan del tambo más robotizado más robotizado del mundo, es que El Risquillo, un tambo chileno con 6500 vacas propiedad de la firma Agrícola Ancali y Grupo Bethia, acaba de firmar con la compañía sueca DeLaval, proveedora de equipamiento para tambo, un acuerdo para la instalación de 64 robots de ordeñe automático.
En la actualidad hay más de 20.000 tambos en funcionamiento con 34.000 robots. En la Argentina se inauguró el año pasado un tambo robotizado en el INTA Rafaela, el primero del país. En estos sistemas automáticos la totalidad del proceso está automatizada.
La llegada de la vaca a la estación de ordeñe, la preparación de la ubre, la colocación y el retiro de las unidades de ordeño se concreta sin la interacción de una persona, según explicaron en DeLaval.
En el mundo, después del avance con la máquina de ordeñar y los extractores automáticos de pezoneras, que reemplazaron el trabajo manual, el robot era el último paso que faltaba para la completa automatización del proceso de ordeño.
En este sentido, lo central del desarrollo es un brazo robótico que limpia los pezones y luego coloca las unidades de ordeño a la vaca. Ese brazo posee una cámara de video, un sistema de procesamiento de imágenes para encontrar el pezón y un sistema de láser para ubicarlos. Un robot tiene capacidad para hacer 150 ordeñes por día.
Según explicó la empresa sueca, todo el sistema está controlado por un software con la información de cada vaca. Ese mismo software provee información acerca de la producción, reproducción, alimentación, salud y performance del tambo.
En el tambo El Risquillo, ubicado a 500 kilómetros al sur de Santiago de Chile, ya tienen 16 robots en funcionamiento y dicen que aumentaron 10% la producción. Empezaron con 500 vacas con el sistema robótico y apuntan a tener sus mejores 4500 vacas con este sistema. Los 64 robots van a estar funcionando a principios de 2017. Según la firma, las personas pueden dedicar más tiempo a otras tareas que generan valor, como el análisis de datos.
Foto: DeLaval