Si bien nació en Italia, se convirtió en parte de la cultura nacional. Había quedado relegada como un consumo de tiempo añejos. Sin embargo, volvió a instalarse entre los más jóvenes.
Argentina es el principal productor latinoamericano de vermut (vermú o vermouth también son válidas). Si bien la inmigración italiana lo popularizó en el barrio de La Boca, se extendió por todo el país y hoy está lejos de ser un fenómeno porteño. El interior tiene un peso clave en su consumo, siendo el Litoral, Rosario y Mar del Plata las plazas más importantes de la cultura vermutera.
Esto refleja que en todo el país el consumo del vermut sigue creciendo y es parte del ADN nacional. Hay un arraigo que trasciende la nostalgia: las nuevas generaciones adoptaron este aperitivo y lo hicieron propio, mostrando que los distintos tipos de aperitivos que entran dentro de la categoría vermú, siguen siendo sinónimo de encuentro.
El surgimiento de los vermuts artesanales convive con la tradición de grandes marcas como Cinzano. Matías Dana, uno de los dueños de Café Belgrano, una de las vermuterías más populares de Rosario, destacó el crecimiento de las variedades más delicadas y perfumadas. «Se disfrutan con soda, tónica o gaseosa de pomelo», comentó. Ya fuera en un vaso con hielo, en una jarra con sifón o como parte de un cóctel, el vermut sigue siendo el protagonista de grandes momentos en la mesa argentina.
Historia del vermut
El vermut nació en Italia y llegó a la Argentina a fines del siglo XIX con la oleada de inmigrantes europeos. Lo que comenzó como un vínculo nostálgico pronto se convirtió en un símbolo de identidad nacional. Hoy, el mercado de vermut en el país continúa en expansión, con una creciente oferta de etiquetas locales y una fuerte preferencia del público por este aperitivo.
Según datos del International Wine and SpiritResearch (IWSR), en 2023 Argentina se ha consolidado como el principal productor de vermut en Latinoamérica con una producción de 7,6 millones de litros, lo que representa un crecimiento del 8 % en los últimos cinco años. Este crecimiento ha posicionado al país por encima de Brasil, que produjo 4,5 millones de litros en el mismo período.
“La relación cotidiana del vermut con los argentinos se refleja en su principal hábito de consumo: según el estudio cuantitativo realizado por Cinzano en el año 2020, el 82 % de los consumidores de la marca elige beberlo en casa, aunque cada vez más aparece como parte de cócteles en cartas de bares y vermuterías, impulsando su consumo en el on-trade —consumido en el local de ventas—. Pero como quedó claro en el último informe de Cocktail Tracking, siempre asociado al encuentro y al compartir, no sólo un vaso de vermut con soda sino un momento de relax y camaradería”, comentó Estefania Jacobs, Marketing Manager de Grupo Campari.
Con una combinación de historia, tradición y capacidad de reinventarse, el vermut sigue siendo sinónimo de buenos momentos y encuentros en todo el país.