Rurales Chancay, una firma fundada en octubre de 1961, se dedica a la confección de artículos para el campo, utilizando una madera muy buscada y conocida por su duración y mantenimiento: el curupay.
La empresa, ubicada en la Ruta 3 Sur KM 695 de Bahía Blanca, tiene una amplia trayectoria en el rubro de la madera con su principal foco en todos los elementos para el campo. Más Industrias habló con su dueño, Martín Perelló, nieto de los fundadores, para saber más sobre su actividad.
«Somos una empresa bahiense dedicada exclusivamente al cliente ganadero. Nuestra mayor especialidad y calidad es la fabricación de artículos rurales: mangas con o sin casilla de operar, embarcaderos, bretes para básculas, tranqueras en todas sus medidas, ventas de postes y varillas; todo eso incluyendo su envío e instalación en todo el país», contó Perelló.
Perelló aseguró que los productos de la empresa tienen una vida útil de entre 20 y 25 años y ese es uno de los motivos de su persistencia a través del tiempo, al demostrar ser una inversión valiosa para los campos y ofrecer soluciones duraderas y efectivas. La alta demanda de postes y varillas es testimonio de la confianza que los clientes tienen en la compañía, garantizó.
A pesar de desafíos como las variaciones climáticas y los ciclos económicos, Rurales Chancay sigue adelante con una fuerte determinación. La empresa se enorgullece de que todos sus productos sean 100 % nacionales, elaborados con una madera que traen desde Misiones, Salta y Chaco en camiones propios o fletes, asegurando siempre la mejor calidad. Esta madera no solo es conocida por su durabilidad, sino también por ser una opción sostenible, lo que resuena con los principios de la marca.
Los clientes de Rurales Chancay abarcan gran parte de la Patagonia y Buenos Aires, gracias a la confianza que han ganado en el mercado regional.
Los inicios de Rurales Chancai
Desde sus comienzos en 1961, cuando Salvador y Doña Rosa decidieron dedicarse a la madera, la empresa ha crecido y evolucionado, manteniéndose siempre fiel a sus valores fundamentales.
La historia de Rurales Chancay es un testimonio de coraje, fuerza y espíritu de lucha. Por aquel entonces, Salvador cortaba la madera y Doña Rosa, junto con su hijo Juan Carlos, daba vida a cada artículo. Hoy la familia Perelló, en su tercera generación, sigue llevando adelante el legado con pasión y dedicación.
«La renovación de los productos que vendemos e instalamos en los campos es lenta debido a la durabilidad de los mismos. Antes, los campos estaban más despoblados y con menos herramientas para trabajar. Hoy en día, los productos que instalamos reducen la frecuencia de renovación, no por una falta de capacidad adquisitiva, sino por la calidad y longevidad de nuestros materiales», aclaró Perelló y comentó que la venta de postes y varillas sigue siendo buena y que los períodos de baja actividad que enfrenta la fábrica se deben a la misma lentitud en la renovación de materiales.
«Estos ciclos de vida son comunes en la industria y no son nuevos para la empresa. Mi padre ya lo experimentó y ahora nos toca a la nueva generación enfrentarlo. Además, los cambios de gobierno y las variaciones climáticas como las sequías complican aún más la situación, pero no modifican la calidad con la que trabajamos», cerró.