Grupo Baw, una empresa argentina dedicada a la soldadura y el corte de metales, acaba de presentar un “cobot” —esto es un robot pensado para trabajar en colaboración con humanos— de desarrollo nacional. Realizará tareas de soldadura complejas con una precisión milimétrica. Lo llamaron XBot Axo Welding.
“Los cobots son más flexibles y fáciles de programar. Un trabajo de complejidad media puede ser programado en minutos por una persona con conocimiento básico de programación. Mientras que, por otro lado, aumenta la productividad, la precisión y reduce el margen de error. Además, al automatizar tareas repetitivas y peligrosas, no solo incrementan la eficiencia, sino que también mejoran las condiciones de trabajo, disminuyendo el riesgo de accidentes laborales”, manifestó Sergio Ferrero, CEO del Grupo.
La llegada de robots colaborativos a la industria del corte y soldadura marca un hito en la automatización de procesos industriales en fábricas y talleres. Tiene una amplia variedad de aplicaciones, desde el corte de metales hasta la soldadura de componentes complejos.
La realidad es que en todo el mundo se está observando un aumento significativo en la automatización de procesos en sectores como la construcción, la industria automotriz y la manufactura industrial.
Este año se alcanzarían las 600.000 unidades instaladas al año en todo el mundo y serían 700.000 para 2026.
Federación Internacional de Robótica (FIR)
A su propio ritmo, la Argentina se está sumando a esta tendencia con la adopción de robots industriales y diversas tecnologías de inteligencia artificial. Según la FIR, nuestro país se ubica en el puesto 34 con 25 robots cada 10.000 empleados manufactureros, todavía en una fase de transición. Y, aunque está rezagada en comparación con naciones altamente desarrollados en este aspecto como Japón, Estados Unidos, Alemania, Corea del Sur y China, muestra un avance constante y prometedor, de acuerdo con los especialistas. La creciente demanda de eficiencia operacional y la competitividad global están forzando a las empresas argentinas a adoptar tecnologías robóticas más rápidamente y empezamos a escuchar casos sorprendentes.
En mayo llegó al país el prototipo del robot humanoide Unitree H1, un robot bípedo de 1,8 metros y 47 kilos que puede caminar, correr, saltar y equilibrarse en diferentes terrenos, con el potencial de ser utilizado en una variedad de industrias y aplicaciones: podría ser empleado en montaje de piezas o hacer inspecciones de calidad. De hecho, ya se está usando en la planta de la firma que lo trajo, Big Dipper, en General Rodríguez.
Robótica, una disciplina que crece en nuestro país
Según se difundió en las Jornadas Abiertas de Robótica, que se realizaron en junio en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), la robótica es una disciplina que creció en los últimos años en nuestro país y es empleada tanto en aplicaciones agrícolas e industriales como en la investigación y la educación.
En la agricultura de precisión se usan para el monitoreo, el control y la cosecha, y en la industria asisten en los procesos de fabricación, relevando a los trabajadores de las tareas más monótonas. También se mencionó la robótica aérea, con drones y manipuladores aéreos, la robótica acuática y subacuática, la interacción humano-robot y los robots humanoides y “bioinspirados” como áreas en auge, junto con los vehículos de conducción autónoma.
“En Argentina, muchos sectores ya cuentan con este tipo de soluciones y logran gran impacto en sus resultados. Hoy nuestras proyecciones indican que este alcance puede extenderse a cualquier sector productivo tanto del sistema público como privado partiendo del cambio del paradigma de operaciones como pieza clave en la transformación digital”, aseguró Víctor Salerno, gerente de Tecnologías Avanzadas de Minsait en Argentina, una unidad de Indra que acompaña a las empresas en su transformación tecnológica.
Hay otros avances que todavía no se ven plasmados localmente, pero sí en el continente, como en el sector de la construcción. En diferentes países de América hay robots que pueden realizar acabados de paneles de yeso, como los de la empresa Canvas, o aplicar pintura y revestimiento, como los creados por Okibo. Equipado con los planos y los materiales, el robot de Canvas dibuja su propio recorrido para instalar los paneles de yeso mediante un conjunto de sensores para la cartografía y un brazo robótico para la aplicación del material. También puede emplear todas las herramientas manuales que sean necesarias.
Otros, como los de Boston Dynamics, realizan el escaneo láser de un proyecto para calcular el presupuesto o diseñar el plano de un edificio. En este sector, se puede tratar de dispositivos pequeños o incluso actualizaciones de posventa para equipos ya existentes, no necesariamente con forma humanoide ni que se muevan con patas o ruedas, pero aún así tener autonomía. La principal ventaja que presentan es la posibilidad de realizar tareas riesgosas evitando lesiones comunes en los trabajadores de la construcción.
En tanto, en la industria automotriz la robótica ya se usa en operaciones repetitivas y otras que requieren alta precisión de calidad o posiciones incómodas para los trabajadores. “Fuimos de las primeras industrias en introducir la robotización, pero definitivamente no va a poder eliminar el aporte humano”, aclaró Diego Prado, ex director de Recursos Humanos y Asuntos Corporativos de Toyota Argentina, al ser consultado por el tema, quien se preocupó en resaltar que hay trabajos detallados en la construcción del interior de un auto que solamente puede hacer la mano del hombre.
De la misma manera, ya se están viendo implementaciones en los sectores de electrónica, para el ensamblaje de circuitos, el manejo de componentes y las pruebas de calidad; el envasado y etiquetado en la industria alimentaria y de bebidas; la fabricación y el manejo de productos químicos y medicamentos; y en los centros de distribución y logística, para la gestión automatizada de inventarios, la clasificación de productos y la preparación de pedidos.
Robots en el sector minero argentino
“El sector minero argentino viene adoptando diversas tecnologías innovadoras en los últimos años para mejorar la eficiencia y abordar desafíos medioambientales. Entre estas tecnologías se destacan el uso de sensores avanzados, sistemas de monitoreo en tiempo real y soluciones de gestión de datos para optimizar las operaciones mineras”, compartió Alberto Varela, Business Development Manager de Getac Technology Corporation, una empresa creada con la unión de General Electric Aerospace y el grupo MiTAC-Synnex para diseñar, fabricar y suministrar productos electrónicos de defensa. La firma provee de notebooks y tablets robustas, software y soluciones de video móvil para los sectores de defensa, policía, bomberos, servicios públicos, automotriz, manufactura, transporte y logística.
La tecnología en el sector minero incluye la robotización. Un ejemplo notable es la adopción de vehículos autónomos y drones para realizar tareas de exploración y monitoreo sin necesidad de intervención humana. comentó Varela.
Alberto Varela, Business Development Manager en Getac Technology Corporation
“En Argentina, empresas locales están comenzando a adoptar estas tecnologías, impulsadas por la necesidad de modernizar y hacer más eficientes sus procesos. Los dispositivos robustos de Getac, como el modelo V110, son ideales para el control y monitoreo remoto de estos equipos robotizados, ofreciendo durabilidad y conectividad inigualables”, concluyó.
En este escenario, la robotización de las industrias parece una etapa que ya comenzó en el mundo y está tímidamente asomando en nuestro país, lejos de los escenarios apocalípticos que profesaban el reemplazo de la mano de obra humana, como un informe del Banco Mundial de 2016 que señalaba a la Argentina como el país de desarrollo intermedio más amenazado por la desocupación que traería aparejada la automatización de empleos.
Por el contrario, la nueva robótica propone, incluso, la integración. Una de las varias ventajas que se citan de los cobots es la de la generación de trabajo para personas con discapacidad, pudiendo aquellos suplir y ayudar con las tareas que estos no pueden realizar. Y esto que estamos vivenciando es apenas el comienzo.