Pionera y líder en el rubro de la indumentaria para la práctica de actividades al aire libre, Patagonia es una marca de ropa que lleva impregnado un compromiso que trasciende el greenwashing actual y define un sendero por el cual guiarse.
Hace unos meses Patagonia volvió a estar en boca de todos. No por su asociación lógica y evidente con Argentina y su geografía, sino por la decisión de su fundador de transferir la empresa a un fideicomiso para luchar contra el cambio climático.
La acción se volvió rápidamente viral, lo que, en estos tiempo, puede llegar a levantar la sospecha de que ese sea su principal objetivo. Yvon Chouinard fundó la empresa Patagonia en 1973 y desde sus orígenes la marca de indumentaria sostiene la misma filosofía.
El origen de la marca Patagonia
En principio, Yvon Chouniard comenzó vendiendo equipos para escaladores. Él era un reconocido practicante de la actividad, y en un viaje a Escocia notó que las chombas de rugby, por su forma y el tipo de tela, servían para proteger el cuello de los alpinistas. En ese momento comenzó una división de la compañía dedicada exclusivamente para la ropa de alta montaña.
¿Cómo nació el nombre y el logotipo de Patagonia?
Chouniard había realizado un viaje al sur del continente americano en el año 1968, logrando alcanzar la cima del cerro Fitz Roy, de casi 3.500 metros de altura. Su grupo fue el primero en hacerlo por la ruta que, a partir de ese entonces, se conocería como ruta californiana.
Cuando la venta de indumentaria outdoor comenzó a crecer y llegó el momento de fundar una marca que se dedique exclusivamente a ello, Chouniard decidió homenajear esos sitios que había recorrido años atrás y llamar a su marca Patagonia, adoptando como logo la imagen del Fitz Roy, también conocido como cerro Chaltén, por ubicarse en esa localidad santacruceña, en el límite de la difusa frontera entre Argentina y Chile.
Compromiso ambiental y el uso de algodón orgánico
A la par que creció el mercado de ropa para usar al aire libre, creció Patagonia. En 1996, el creador y fundador de Patagonia, luego de una visita a la compañía proveedora, tomó una decisión fundamental: cambió toda su línea hecha en algodón normal por prendas hechas de algodón orgánico.
Habían constatado que el cultivo de algodón contaminaba ríos y provocaba enfermedades en los trabajadores, por el uso intensivo de pesticidas. En datos actuales, el algodón representa el 3% de la superficie global cultivada, y sin embargo utiliza el 25% de los agroquímicos que se emplean mundialmente.
El algodón orgánico costaba el triple, y la empresa comenzó a tener pérdidas. La persistencia en el uso del material y la mejora en las técnicas de producción del algodón orgánico encaminaron las cosas. Al poco tiempo, comenzaron a fabricar revestimientos de camperas utilizando material reciclable.
El activismo como parte de la identidad de Patagonia
Los clientes pueden devolver prendas en cualquier tienda, que son remendadas y puestas en el mercado nuevamente, involucrando a todos en la cadena de reciclaje. El papel que usan para publicidad impresa es reciclado, y también pregonan un trato especial con sus empleados.
El activismo se volvió parte de la identidad de la marca. Al punto de que tomaron la decisión de que el 1% de las ventas totales, o el 10% de las ganancias, lo que fuese mayor, iría destinado a grupos ambientalistas. El público lo reconoció, y a partir allí comenzó una afinidad que trasciende la simple relación entre vendedor y cliente.
Para reafirmar este compromiso, Chouniard junto a sus hijos decidieron que la tierra se convierta en su “única activista” donando todo el valor de la compañía a un fideicomiso que preservará independencia de la empresa y garantizará que todas las ganancias se utilicen para combatir el cambio climático.