La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) advirtió que el gobierno nacional no envió los fondos para continuar con sus actividades e iniciativas.
La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) de Argentina comunicó que se encuentra en una situación presupuestaria crítica y que sus grandes proyectos de energía nuclear corren riesgo de ser paralizados.
Uno de los principales ejemplos es lo que sucede con la Central Argentina de Elementos Modulares (Carem), que es el proyecto de reactor modular pequeño (SMR, por sus siglas en inglés) en etapa más avanzada de construcción a nivel mundial, que sufrió la interrupción de algunos frentes de construcción y podría verse demorada.
El Carem, cuya primera versión sería capaz de generar 32 megavatios de electricidad, pertenece al segmento de reactores SMR, que jugarán un rol fundamental como energía de base en el proceso de transición energética hacia tecnologías de generación libres de dióxido de carbono (CO₂).
Es un reactor modular de potencia utilizado para dar energía y para la producción de radioisótopos. Al ser pequeño, el costo es menor y aumenta la eficiencia (ya que suele tener una vida útil más larga). Es un prototipo multipropósito, que puede desarrollarse sobre distintos rubros y funcionar para variadas actividades.
En ese contexto, la Argentina contaba con uno de los pocos SMR del mundo efectivamente en construcción, lo cual posicionaba al país como un indudable referente mundial de este tipo de reactores y en esta clase de tecnología.
Confirmación de la CNEA
La CNEA fue la que confirmó, en un principio, la suspensión de la construcción de dos reactores nucleares que estaban muy avanzados. Si bien los proyectos venían sufriendo desfinanciamiento desde gestiones anteriores a la de La Libertad Avanza, en este caso se tornó «totalmente inviable» porque con una inflación de 280 % interanual, el Gobierno sólo prorrogó el presupuesto de diciembre de 2022 y además congeló los fondos de un fideicomiso que sustenta la vida de estas obras. «Algo parecido a lo que pasó con universidades públicas y Conicet», precisaron.
«Por el ajuste presupuestario se suspendieron los contratos con el servicio de transporte al Centro Atómico Ezeiza y el servicio médico. Lo que imposibilitaba trabajar. Ahora fueron restituidos, pero no sabemos hasta cuando», detallaron. El Gobierno liberó un fondo que sólo alcanza para cubrir esas cuestiones, entre otras, pero que no cubre las deudas de los proyectos e imposibilita las tareas operativas. Con esos fondos, la CNEA estima que sólo podría llegar hasta el próximo mes de junio.
Adriana Serquis, presidenta de la CNEA, avisoró la crisis, que ya se venía haciendo sentir en los dos gobiernos anteriores, empeoraría con la llegada de Javier Milei y antes del cambio de gobierno presentó su renuncia, aunque no se la aceptaban porque no consiguieron un reemplazo que quisiera tomar la tarea de, indirectamente, romper estos grandes proyectos y ganarse el desprestigio entre colegas del ámbito nuclear.