La empresa alemana se retira del país luego de 74 años, tras vender sus instalaciones en La Matanza a un grupo argentino. Se espera que retorne al país el año que viene con una nueva estrategia de negocios.
La industria automotriz atraviesa una fase de transformaciones que tiene en vilo a sus trabajadores y a otras industrias que venden insumos a las terminales instaladas en el país.
Ayer se confirmó que la alemana Mercedes-Benz venderá su negocio local al Grupo ST (GST), que tiene como CEO a la ex titular de Aerolíneas Argentinas, Isela Costantini, y se impuso en la disputa por quedarse con estas operaciones sobre otro gran jugador de la industria argentina, el Grupo Mirgor, de la familia Caputo.
El Sindicato de Mecánicos (Smata) confirmó presencialmente la novedad a los trabajadores de la compañía, según versiones que circularon en el comienzo de la semana. La firma vendedora todavía no se expresó sobre el tema.
GST adquirió la fábrica de Virrey del Pino, La Matanza, y el permiso para continuar con la fabricación de la utilitaria Sprinter por cuatro años. Asimismo, estarían asegurados 2.000 empleos vigentes en la actualidad.
En 2021 la multinacional se dividió en dos unidades de negocios: una de ellas produce la camioneta Sprinter y se encarga también del mercado de vehículos premium de la marca alemana. El conflicto que afecta la producción en Argentina tienen que ver con esa unidad de negocios.
La segunda empresa, centrada en la producción de vehículos de gran porte, como camiones y ómnibus, continuará con sus operaciones en el país en locaciones que se construyen actualmente en la localidad bonaerense de Zárate.
El Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata) viene negociando con las empresas que aspiraban a continuar con el negocio de Mercedes-Benz desde principios de año. En esas reuniones, según dejó saber, los inversionistas se comprometieron a continuar con la producción.
El portal Argentinisches Tageblatt confirmó que el beneficiado es el GST, dedicado a la provisión de servicios financieros y de seguros. El medio atribuye la salida a “cambios globales en la estrategia de la empresa y a las limitaciones del mercado local”.
La fuente consignó que la consultora Deloitte lideró la operación con el objetivo de “evitar conflictos sindicales y minimizar el impacto” de un cierre total con despidos que en el actual contexto hubiera supuesto un enorme costo político.
Nueva planta en Zárate
De todos modos, la empresa alemana retornaría al país el año próximo, con una nueva estrategia de negocios en la que se establecerá una planta de producción de camiones y chasis en Zárate, que comenzará a operar en 2026, ubicada estratégicamente cerca de puertos y rutas principales. Esto optimizará la logística y reducirá costos operativos. Allí se producirán los modelos de camiones Atego y Accelo, además de chasis para colectivos.
Con esta inversión, Mercedes-Benz busca consolidar su posición en el mercado sudamericano de vehículos comerciales. En una primera etapa, la producción de vehículos eléctricos eActros y eCanter estará limitada a Brasil, pero no se descarta que también llegue a la Argentina.