La cifra total acenderá a los 3,3 billones de dólares este 2025, con un incremento mucho mayor de las energías renovables, a pesar de un contexto donde su presupone que hubo un freno a la transición energética. Sin financiamiento, muchas economías emergentes quedarán rezagadas en la transición energética.
En 2025 se sobrepasará el récord global de inversión en energía, proyectándose cerca de los 3,3 billones de dólares, aún en un contexto desafiante por las tensiones económicas y geopolíticas. El dato se desprende del último informe World Energy Investment 2025 de la Agencia Internacional de Energía (AIE), destacando un giro estructural en el destino del capital global.
Por primera vez, la inversión en tecnologías de energía limpia duplicará a la destinada a combustibles fósiles. Se estima que 2,2 billones de dólares se canalizarán hacia fuentes renovables, energía nuclear, redes eléctricas, almacenamiento, eficiencia energética, electrificación y combustibles de bajas emisiones.
Dentro de este auge «verde», la energía solar fotovoltaica lidera la carga con una proyección de 450.000 millones de dólares, tanto en instalaciones a gran escala como en tejados residenciales. El almacenamiento en baterías le sigue con 65.000 millones de dólares, mientras que la energía nuclear ha visto un impresionante aumento del 50 % en su inversión en los últimos cinco años, alcanzando los 75.000 millones de dólares.
A pesar del impulso de las energías limpias, el gasto en exploración y producción de petróleo y gas natural sigue siendo significativo, aunque muestra señales de desaceleración. Se prevé una caída del 6 % interanual en las inversiones petroleras, especialmente en el sector del no convencional en Estados Unidos.
Sin embargo, la inversión en nuevas instalaciones de gas natural licuado (GNL) continúa expandiéndose, con grandes proyectos en Estados Unidos, Catar y Canadá que anticipan un crecimiento récord entre 2026 y 2028.
Falta inversión en redes eléctricas
Un punto crítico señalado por la AIE es la insuficiente inversión en redes eléctricas. Con 400.000 millones de dólares anuales, este sector no logra seguir el ritmo de expansión en generación y electrificación. La AIE advierte que equilibrar la inversión en redes y generación será clave para asegurar el suministro eléctrico en la próxima década.
Geográficamente, China se consolida como el mayor inversor energético global. Su inversión duplica a la de la Unión Europea y es comparable a la suma de esta y Estados Unidos. En la última década, la participación de China en el gasto en energía limpia aumentó del 25 % al 33 %, impulsada por su desarrollo en solar, eólica, hidroeléctrica, nuclear, baterías y vehículos eléctricos.
No obstante, persisten las desigualdades regionales. África, hogar del 20 % de la población mundial, apenas recibe el 2 % de la inversión global en energías limpias. El informe enfatiza que, sin un aumento en el financiamiento público internacional y mecanismos para movilizar capital privado, muchas economías emergentes quedarán rezagadas en la transición energética.