El acuerdo que intentará alcanzar el bloque se centra en eliminar la publicidad engañosa y el blanqueo ambiental en productos con obsolescencia programada.
El Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea (UE) han alcanzado un acuerdo provisional sobre nuevas normas para prohibir la publicidad engañosa a través de lo que se conoce como greenwashing y ofrecer a los consumidores una mejor información sobre los productos.
El acuerdo actualiza la lista comunitaria vigente de prácticas comerciales prohibidas y añade a ella varios hábitos de comercialización problemáticos relacionados con el greenwashing y la obsolescencia prematura de los productos. El objetivo de las nuevas normas es proteger a los consumidores de las prácticas engañosas y ayudarles a tomar mejores decisiones de compra.
Los negociadores del Parlamento y el Consejo acordaron proscribir lo siguiente:
- Declaraciones genéricas sobre el medio ambiente, por ejemplo «respetuoso con el medio ambiente», «natural», «biodegradable», «neutro para el clima» o «eco», sin pruebas de un excelente comportamiento medioambiental reconocido y pertinente para la declaración.
- Comunicaciones comerciales sobre un bien con alguna característica que limita su durabilidad, si se dispone de información sobre la característica y sus efectos sobre la durabilidad.
- Afirmaciones basadas en sistemas de compensación de emisiones de que un producto tiene un impacto neutro, reducido o positivo en el medio ambiente.
- Etiquetas de sostenibilidad no basadas en sistemas de certificación aprobados o establecidos por las autoridades públicas.
- Afirmaciones de durabilidad en términos de tiempo o intensidad de uso en condiciones normales, si no están demostradas.
- Incitar al consumidor a sustituir los consumibles, como los cartuchos de tinta de la impresora, antes de lo estrictamente necesario.
- Presentar las actualizaciones de software como necesarias aunque sólo mejoren las características de funcionalidad.
- Presentar los productos como reparables cuando no lo son.
Normas y etiquetas claras
La propuesta también pretende regular etiquetas medioambientales, ya que hay al menos 230 etiquetas diferentes que según la institución generan confusión y desconfianza entre los consumidores, y por ello, la Comisión propone no permitir nuevos sistemas de etiquetado público a menos que se formulen a escala de la UE, y que cualquier nuevo sistema privado demuestre una ambición medioambiental mayor que los existentes y obtener una aprobación previa para poder ser autorizado.