El titular de la entidad, Martín Rappallini, alertó sobre el cierre de fábricas producto de la perdida de competitividad. Además, pidió por distintas reformas, tanto fiscales, como laborales e infraestructurales.
El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Martín Rappallini, advirtió que producir en Argentina cuesta entre un 25% y 30% más que en Brasil. A su vez, expresó preocupación por la pérdida de competitividad del sector manufacturero y pidió al Gobierno medidas urgentes para reducir costos y mejorar el entorno productivo, en medio de un contexto de recesión, cierres fabriles y elevada presión fiscal.
Rappallini destacó la necesidad de acelerar reformas impositivas, laborales y de infraestructura, así como de fortalecer los controles sobre dumping, contrabando y reglamentaciones técnicas, factores que afectan directamente la competitividad de la industria nacional.
El dirigente se mostró alarmado por el cierre reciente de plantas industriales, como la fábrica de Whirlpool en Pilar, que dejó sin empleo a 220 trabajadores, y las textiles Luxo y Vulcalar en La Rioja, con la pérdida de 120 puestos laborales.
Respecto a la actividad industrial, Rappallini indicó que los meses previos a las elecciones fueron especialmente críticos por la suba de tasas de interés, que frenó la operatoria de distintos sectores. Tras los comicios, se observó un leve repunte gracias a la reducción de tasas del 60% al 30%, aunque aún señaló la necesidad de avanzar en políticas que alivien la carga operativa de las empresas.
La comparativa con Brasil y el reclamo por reformas
El titular de la UIA subrayó que la política industrial debería enfocarse en la baja de impuestos prevista para 2026, modernización laboral e inversión en infraestructura. También remarcó que países como Brasil, Colombia y México combinan estabilidad macroeconómica con reducción de costos internos para fortalecer su competitividad global.
Rappallini advirtió además sobre la competencia desleal de plataformas como Temu y Shein, que ingresan productos sin pagar impuestos, y reiteró la preocupación por las distorsiones comerciales provenientes de China. Al mismo tiempo, defendió la integración económica, resaltando que las naciones industrializadas mantienen flujos equilibrados de importaciones y exportaciones.
Por último, Rappallini sostuvo que Argentina enfrenta serias dificultades impositivas, laborales e infraestructurales que elevan los costos de producción y afectan la competitividad internacional. Reclamó igualdad de condiciones frente a otros mercados y aseguró que la industria está dispuesta a integrarse a un nuevo esquema económico basado en estabilidad y crecimiento.
“Es indispensable avanzar en reformas que impulsen la actividad; de lo contrario, será el Gobierno quien deberá definir los próximos pasos”, concluyó.



