Transcurrido el famoso ‘primer semestre’ del gobierno que encabeza el Presidente Mauricio Macri, es tiempo de evaluaciones y balances. Las medidas implementadas comienzan a arrojar los primeros resultados, ya sean buenos o no tanto. A priori –y con una visión muy general- se devela una aparente mejora en lo referido al campo, tanto en relación con los granos como –en menor medida- en ganadería. Lo contrario ocurre en el sector industrial.
Las exportaciones del sector agropecuario registraron un mejor resultado que las del sector industrial en la primera mitad de este 2016 y con relación al mismo período del año pasado. Si bien las ventas externas de productos primarios tuvieron una leve mejora en este último período -16%- (productos agropecuarios, mineros y manufacturas de origen agropecuario), el sector industrial y de combustibles ha percibido fuertes caídas -16%-.

Un caso excepcional es lo que ocurre con el trigo. Según la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca (BCPBB), las exportaciones pasaron de las 718 mil toneladas del período enero-junio del 2015 a 1,65 millones en igual período de este año. Esto es, un incremento del 130% en el primer semestre de 2016. Dicho de otro modo, el saldo embarcado en la primera mitad de 2016 supera en un 60% el total de trigo exportado en todo 2015. Contundente.
Como producto de las medidas implementadas, el Ministerio de Agroindustria estima que para la campaña de trigo en curso (2016/2017) la cantidad de superficie sembrada superará cómodamente las 5 millones de hectáreas, gracias al aumento de 5000 millones de pesos en inversiones. Con la quita y baja de retenciones, y el fin a las trabas para exportar, el sector todavía intenta acostumbrarse al nuevo escenario de producción.
Impacto en precios y destinos del cereal
Puntualizando en el trigo, Brasil se mantiene como el principal comprador del cereal, concentrando el 27% de las operaciones (421 mil toneladas) según datos oficiales de la Comisión Nacional de Abastecimiento de Brasil (Conab). De acuerdo con la entidad – responsable de la gestión de las políticas agrícolas y de alimentación del país-, entre enero y mayo pasados Brasil compró en la Argentina 1.398.301 toneladas de trigo. Fueron 295.000 toneladas menos que en igual lapso de 2015, que representa una merma del 17%. De todos modos, a pesar de esta caída, la Argentina fue el principal abastecedor de Brasil.

De cualquier modo, las cifras refuerzan la situación de holgados suministros globales de trigo y un fuerte saldo exportable en los principales países oferentes del grano limitan subas impulsadas por el incremento en las variables de demanda. En relación al impacto económico, el tonelaje exportado de trigo se traduce en la generación de ingresos por más de 300 millones de dólares.



