El empresario pampeano Carlos Souto abrirá una destilería de whisky en la localidad de Lonquimay, que ya empezó a dar los primeros en su construcción. El ambicioso proyecto se armará con maquinarias importadas. La producción comenzaría en 2024 mientras que la comercialización se hará recién tres o cuatro años después. «La idea es hacer un excelente whisky y a un precio razonable», dijo Souto.
En los últimos días se puso en marcha la demarcación en el predio -de unas 30 hectáreas, aunque se utilizaría solo una parte- delimitado por el acceso principal a la localidad -a la vera de la banquina este-, la banquina norte de la ruta nacional 5 y el sector oeste del camino vecinal conocido como «Acceso Pancho Cuevas». Allí funcionará la primera destilería de whisky y otras bebidas alcohólicas -como gin o cerveza- de proceso industrial en La Pampa.
Todavía no definió el nombre de la marca. Además se espera por la llegada de las maquinarias adquiridas en Canadá, mientras se tramita algún crédito en la Provincia que ayude a la millonaria inversión privada.
El socio propietario de la empresa Gente de La Pampa, ubicada en Catriló, explicó que la destilería de whisky en Lonquimay es un emprendimiento particular, de su familia. «Uno vive soñando, haciendo cosas, y éste es un negocio que me interesaba, por eso me decidí a llevarlo adelante. Mi vida estuvo dedicada a Gente de La Pampa, por eso (en un principio) no sabía si hacerla por dentro o por fuera de la empresa, pero finalmente decidí hacer el negocio en forma personal, familiar, es que por la edad que tengo (67 años) no podía perder más tiempo», indicó.
Agregó que contó con el apoyo de su familia, y en especial de Valentín, uno de sus cinco hijos (cuatro varones y una mujer), quien está aprendiendo y capacitándose sobre la producción de whiskys y otras bebidas para quedar a cargo de la destilería. «Recién cuando tenga cerca de 80 años voy a poder tomar mi whisky», dijo risueñamente, aclarando que se puede llamar whisky a la bebida cuando lleva al menos tres años y un día madurando, y que la mayoría de los whiskys maduran de 10 a 20 años.
Buena calidad y precio.
Sobre lo que espera de su producción de esa bebida, Souto fue contundente: «La idea es hacer un excelente whisky y a un precio razonable» y adelantó que su marca se hará a partir de cebada malteada y centeno. Agregó que también podría producir gin en los primeros años y que no le interesa la competencia con otras destilerías nacionales.
Del por qué eligió Lonquimay -donde el empresario posee campos- para este nuevo emprendimiento, manifestó que fue por una cuestión «de afecto a la localidad», en especial porque su madre y su padre pasaron gran parte de su vida en este pueblo. Y recordó que en la década del 80, cuando estaba con la idea de la fábrica de aceite Gente de La Pampa, se hicieron los trámites para levantarla en Lonquimay, pero hubo una negativa de los propietarios en vender unas tierras donde se había pensado en la instalación de la planta, y finalmente surgió la posibilidad de comprar un predio en Catriló, donde actualmente funciona la aceitera, fábrica de mayonesa, y la planta de biodiesel.
La planta de la destilería tendrá una construcción central que es donde se instalarán las máquinas y se hará la producción y destilación de las bebidas, además de un galpón de almacenamiento, donde estarán las barricas de madera con la bebida. Para llevar adelante este emprendimiento cuenta con el asesoramiento de técnicos de Canadá, Estados Unidos y de nuestro país. Ocuparía de cinco a siete personas en sus comienzos y luego se ampliará de acuerdo al nivel de producción.
El origen de «agua de vida»
El whisky es una bebida alcohólica obtenida por la destilación de la malta fermentada de cereales como cebada, trigo, centeno y maíz, y su posterior añejamiento en barriles de madera, tradicionalmente de roble blanco. La bebida se comercializa con un contenido alcohólico de entre 40 % y 62 % de volumen. El término whisky deriva del gaélico escocés uisge beatha y del gaélico irlandés uisce beathadh, que significa «agua de vida».
Sobre el dudoso origen, el primer escrito sobre el whisky data de 1405 en Irlanda, donde era destilado por los monjes. También fue mencionado en Escocia en 1496. Sin embargo, se creía que el whisky ya existía desde hacía varios cientos de años, pero cuándo y dónde fue destilado por primera vez es desconocido y, debido a la poca documentación existente, el origen de la bebida es incierto.
Si bien el negocio del whisky no es muy amplio en la Argentina, en los últimos años se incrementaron las ventas. El negocio está protagonizado por los whiskys de producción nacional, aunque esto no implica que todos se elaboren por completo en el país, sino que, algunos de ellos, solo realizan una parte del proceso localmente.