La medida es para buscar mejoras en los sistemas de gestión de energía y avanzar en parámetros de eficiencia, seguridad y consumo para generar aportes a la sociedad con una reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.
El cambio climático y la necesidad de reducir costos se tradujo en los últimos años en una creciente preocupación por mejorar el desempeño energético, que se plasmó en una denominación que se va tornando habitual en el ámbito de empresas y grandes organizaciones.
Se trata de la norma ISO-50001, que alcanzó una amplia difusión internacional y que en la Argentina tuvo un repunte significativo, ya que la cantidad de certificaciones emitidas el año pasado en el país creció siete veces más que en el resto del planeta.
Por medio de esa norma, se buscan mejoras en los sistemas de gestión de energía para avanzar en parámetros de eficiencia, seguridad y consumo, generándose por un lado ventajas dentro de la propia organización y, por el otro, aportes a la sociedad, con una reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, menor uso de recursos no renovables y menos requerimientos de subsidios.
Télam entrevistó al ingeniero Guillermo Curi, director de Certificación del IRAM (Instituto Argentino de Normalización y Certificación), quien detalló los aspectos principales de la norma.
Télam: ¿En qué consiste la norma ISO 50001 y por qué cobra tanta importancia en los últimos tiempos?
Guillermo Curi: La norma ISO 50001, o su adopción idéntica IRAM-ISO 50001, tiene por objetivo orientar a las organizaciones a establecer sistemas que permitan mejorar su desempeño energético, incluyendo la eficiencia energética, el uso y el consumo de energía. Consiste en un conjunto de requisitos que las organizaciones deben cumplir para demostrar que poseen una cultura de mejora del desempeño energético con el compromiso de todos los niveles de la organización y, en especial, de la alta dirección.
Las cuestiones energéticas cobraron relevancia en los últimos años, ya que es un aspecto fundamental que afecta la sostenibilidad no solo de las empresas desde el punto de vista económico (en especial, en estos últimos tiempos de aumentos importantes en el costo de la energía), sino también de toda la comunidad en la cual las organizaciones se encuentran inmersas.
La Argentina es el tercer país del continente en cantidad de certificaciones ISO 50001
La norma de certificación ISO 50001, que se otorga a organizaciones que cumplen con una gestión energética eficiente y más saludable para el planeta, tiene una amplia difusión entre los países de Europa y Asia, pero su desarrollo aún es incipiente entre los de América donde Chile –el primero en todo el continente- cuenta con el 2% de las certificaciones de Alemania o China, los líderes a escala mundial.
Las 72 certificaciones emitidas hasta 2021 sitúan a la Argentina en la tercera posición continental, detrás de Chile (115 casos) y Brasil (82), superando en las posiciones a Estados Unidos (57), México (42) y Canadá (22), entre otros, según el relevamiento de la Organización Internacional de Normalización (ISO).
Los números no guardan relación con las 5.498 certificaciones emitidas por empresas y organizaciones en Alemania o las 5.369 en China, países que concentran el 49,8% de todas las registradas en el mundo y que se destacan en relación no solo con el continente americano sino con otros países de Europa y Asia, si se tiene en cuenta que Italia, el tercero de la lista, cuenta con 1.404 casos.
Los países que tuvieron los mayores saltos porcentuales en 2021 fueron Costa Rica, que aumentó un 125% el número de certificaciones del año anterior, Chile (105%) y la Argentina (80%)
Los principios de la norma ISO-50001 se basan en los cuatro pasos del denominado «círculo de Deming», creado por el especialista en estadísticas William Deming: Planificar, hacer, verificar y actuar, también conocido por su sigla en inglés PDCA (Plan-Do-Check-Act).
En el primer paso, la organización diseña un plan energético con miras a mejorar su eficiencia, luego lo lleva a la práctica, en una tercera instancia chequea los resultados con criterios e indicadores que puedan ser divulgados y analizados por todos los miembros con poder de decisión y, por último, se revisan los resultados con el fin de establecer las correcciones necesarias.
La Organización Internacional de Normalización publicó el primer estándar ISO-50001 en junio de 2011 –fue actualizado en 2018- y, según especificó en su página web, «proporciona un marco de requisitos para que las organizaciones desarrollen una política para un uso más eficiente de la energía, fijen metas y objetivos para cumplir con la política, utilicen los datos para comprender mejor y tomar decisiones sobre el uso de la energía, midan los resultados, revisen el funcionamiento y mejoren continuamente la gestión de la energía».