Salta, Catamarca y San Juan conformaron la Mesa del Cobre para consolidar el desarrollo de la actividad minera y aprovechar el incremento de la demanda de este mineral.
La Mesa del Cobre que acaban de conformar los gobernadores de Salta, Catamarca y San Juan buscará darle impulso final a los proyectos más avanzados de la Argentina, los que podrían aportar exportaciones por 10.000 millones de dólares a finales de la década y desarrollar cadenas de valor, generar empleo e inversiones con la exigencia social de una minería responsable con el ambiente y las comunidades locales.
El cobre es considerado como uno de los recursos estratégicos por su alta demanda global proyectada para la electromovilidad, las energías renovables y la industria electrónica y que puede aportar al país inversiones por 25.000 millones de dólares.
El nuevo espacio fue creado en Bruselas, Bélgica, por los gobernadores de Salta, Gustavo Sáenz, de Catamarca, Raúl Jalil, y de San Juan, Marcelo Orrego, en el marco de una misión comercial a la Unión Europea que encabezaba la exsecretaria de Minería, Flavia Royon.
No casualmente es que estas provincias tienen los proyectos más avanzados para la extracción de litio, y ya han puesto en marcha la Mesa del Litio hace un tiempo, por lo cual realizaron esta iniciativa con la misma finalidad: la de llevar adelante políticas públicas en conjunto para aprovechar al máximo los recursos naturales, generar puestos de empleo para las economías regionales y coordinar acciones que tengan un menor impacto de la actividad minera sobre el medio ambiente.
Un material para el futuro
Con el cierre en 2018 de la mina Bajo de la Alumbrera, en Catamarca, el país cumple seis años sin producción y exportaciones de cobre, un desaprovechamiento de los recursos cupríferos que se estiman para el país como parte de la misma región metalífera que incluye a Perú y Chile, los responsables del 35 % de la producción y el 50 % de las exportaciones mundiales del cobre.
Los grandes bloques comerciales que representan más del 65 % de la demanda global integrado por China (que por sí sola representa casi el 35 % del total), Estados Unidos, Unión Europea y Japón consideran al cobre como mineral estratégico para sus proyecciones industriales vinculadas a la electrificación, por lo que se presentan no sólo como mercados atractivos sino como fuentes de financiamiento de los grandes proyectos.
Tal es la demanda proyectada a nivel global por el desarrollo en particular de la electromovilidad y las energías renovables que se estima que dentro de diez años el mundo importará unos 50 millones de toneladas, el doble de lo que se comercializa hoy a nivel global, lo que motiva la aceleración de proyectos como los que cuenta la Argentina, varios de ellos de clase mundial.
Un auto eléctrico requiere cerca de cuatro veces más cobre de lo que necesita un auto a combustible fósil, según datos de la Agencia Internacional de la Energía, en tanto que los generadores eólicos requieren cerca del doble de cobre que el uso de carbón o gas natural para producir la misma cantidad de electricidad.