Por Grupo Cencerro (*)
“En la empresa somos muy buenos productivamente, ¿por qué no podemos tener más rentabilidad?”. Es posible que esta pregunta resulte conocida en el seno de muchas empresas familiares que buscan darle mejores resultados al negocio. Para eso, en Grupo Cencerro elegimos hablar acerca de unos hermanos que nos contactaron buscando una solución a eso.
Esta es una empresa familiar situada en Lobería, provincia de Buenos Aires. Es un caso que involucra a dos hermanos, Marcos y Laura. El primero es quien se encarga de toda la parte productiva, dejando lo administrativo en manos de su hermana.
Nuestro trabajo junto a ellos se viene gestando hace aproximadamente dos años, tiempo en el que ya hemos realizado dos cierres de gestión para la empresa. Al momento de nuestra llegada los hermanos nos expresaban que no sabían donde estaban “parados” en cuanto a los números del negocio y que eso también repercutía en lo productivo ya que no tenían claridad a la hora de decidir.
Desde un primer momento el objetivo fue bastante claro: ayudar a esta empresa a ordenarse y potenciarse. Comenzamos a trabajar junto al equipo administrativo que, con mucha dedicación, nos proveyó toda la información necesaria para armar todos los márgenes, presupuestos, flujos de caja, los análisis patrimoniales y los cierres de gestión anuales.
Al poco tiempo, nos pudimos dar cuenta de que la empresa contaba con mucho respaldo y que ambos socios no eran conscientes del capital que habían recaudado gracias a las últimas campañas.
Para la 23/24 la agricultura tuvo muy buenos resultados ya que entre lo que fue la fina y la gruesa la empresa percibió una rentabilidad entre el 40 % y 50 %. Incluso estos resultados se dieron teniendo pérdidas con el trigo, las cuales fueron ocasionadas por granizo.
En lo que es ganadería, y centrándonos en la parte corral, la empresa se desprendió de cuatro tropas de novillos durante la campaña 23/24. Hace unas pocas semanas se realizó una nueva venta y desde Grupo Cencerro decidimos confeccionar los números para conocer con claridad si la unidad de negocio estaba siendo rentable.
Contemplando datos como son la cantidad, los kilos de salida, el ingreso neto (cab), el costo total (cab), el margen bruto (cab) y margen bruto (total), descubrimos que, más allá de los malos resultados en la segunda y tercera venta, los buenos negocios realizados en las demás transacciones permitieron que la empresa obtenga una rentabilidad promedio de 7 %.
Fue así como se armó un plan de inversiones, aún vigente, para el recambio de maquinarias e instalaciones. Esto surgió con el objetivo de utilizar ese importante excedente para mejorar la calidad y eficiencia del trabajo en la empresa, lo que generó que se llevara a cabo un análisis para saber dónde era más conveniente destinar dinero.
Para arrancar, se adquirió una nueva pulverizadora y se realizaron inversiones en la manga y corrales para el negocio de la hacienda. Actualmente estamos evaluando oportunidades para la compra de un tractor, una sembradora y un camión.
Este caso sirve como un muy buen ejemplo para aquellas empresas familiares que buscan ordenar sus números y a partir de ello potenciarse a través del análisis de datos y buenas decisiones. Marcos y Laura consideran que el aporte de la gestión ha facilitado incluso el trabajo interno entre ellos.
Hoy esta empresa se encuentra con un presente totalmente distinto al de hace dos años atrás. A los buenos resultados que tenían desde los productivo le han agregado eficiencia en lo administrativo permitiéndoles hacer la diferencia y tener una mayor rentabilidad.
(*) Consultora especializada en acompañar a empresas del sector agropecuario a mejorar su nivel de administración económico-financiero.