La apertura de su primer local en el país por parte del gigante minorista atrajo una gran cantidad de consumidores, que incluso hicieron filas para alcanzar las promociones y ofertas.
La llegada del gigante francés Decathlon, líder global en las ventas minoristas de indumentaria deportiva, despertó un gran interés entre los consumidores. Entre otras cosas, uno de los aspectos más destacados es la exclusividad de alguna de las marcas que comercializan.
Lejos de traer marcas similares a las de otros retailers internacionales, la compañía, operada localmente por el Grupo One, apostó por su ecosistema vertical, buscando ofrecer calidad y especialización a precios competitivos en más de 65 disciplinas.
Este modelo de negocio, exitoso en Europa y Asia, se basa en el control de toda la cadena de valor: diseño, producción y distribución. Esto les permite reducir los márgenes que habitualmente absorben las marcas intermediarias, trasladando el ahorro al consumidor final.
Si bien la comparación directa con los precios europeos revela una brecha significativa debido al contexto impositivo y logístico argentino, apuestan a ser disruptivos en la accesibilidad deportiva.
La principal novedad para el consumidor argentino es la exposición directa a un portafolio de etiquetas especializadas que antes no tenían representación oficial. Cada marca funciona como un centro de excelencia para una práctica específica:
- Quechua / Forclaz: El corazón de la montaña, camping y senderismo.
- Kiprun: El motor del running y trail running.
- Domyos: El gimnasio en casa y el espacio de bienestar (Yoga, Pilates, Fitness).
- Kipsta / Tarmak: Enfocadas en deportes de equipo, desde fútbol hasta básquetbol.
- Kuikma / Artengo: Los especialistas en deportes de pala y raqueta, como pádel y tenis.
- Tribord / Olaian: La respuesta para el mar y la piscina.
La intención declarada es que, para cada deporte, exista una alternativa Decathlon diseñada por apasionados de esa disciplina.
Más allá de lo deportivo
El desembarco no termina en la indumentaria deportiva. El Grupo One ya señaló su intención de sumar Kiabi (moda low-cost) y Naterial (muebles de exterior) en los próximos años, demostrando que la estrategia va más allá del deporte y busca consolidar un cluster de consumo masivo bajo el paraguas de la eficiencia francesa.
La cadena de valor que propone Decathlon es una prueba para ver hasta dónde está dispuesto a llegar el consumidor argentino: ¿será suficiente la propuesta de valor de sus marcas especializadas para desplazar la lealtad histórica hacia los gigantes globales, o serán estos precios locales suficientes para abrir un nuevo segmento de mercado? El tiempo y la expansión a Córdoba y Rosario dirán si esta invasión de marcas propias es una moda pasajera o un cambio estructural en el retail deportivo del país.



