Los precios subieron casi un 1% en los últimos meses, algo inusual en el país norteamericano. Los principales culpables fueron el combustible, los alimentos y los alimentos. Mientras tanto, Wall Street cotiza en pérdida.
La tasa interanual de inflación en Estados Unidos se disparó en octubre hasta el 6,2% -ocho décimas por encima de la de septiembre- lo que supone el registro más alto de los precios de consumo en este país desde 1990, informó este miércoles la Oficina de Estadísticas Laborales.
El salto estuvo impulsado principalmente por los aumentos en el combustible, alimentos y automóviles.
Si se excluyen los componentes volátiles de los alimentos y la energía, el IPC subió un 0,6%, tras haberlo hecho un 0,2% en septiembre. El llamado IPC subyacente subió un 4,6% en términos interanuales, el mayor incremento desde agosto de 1991, después haberse mantenido en el 4,0% durante dos meses consecutivos. Los economistas encuestados por Reuters habían previsto que el IPC general subiera un 0,6% y el subyacente un 0,4%.
La inflación se está acelerando de nuevo a medida que se desvanece el lastre económico de la oleada veraniega de infecciones por COVID-19, impulsada por la variante Delta, y persisten los cuellos de botella en la oferta.
[su_note note_color=»#e3e3e3″]Los miles de millones de dólares de ayuda por la pandemia de los gobiernos de todo el mundo alimentaron la demanda de bienes, dejando las cadenas de suministro sobrecargadas. La pandemia, que ha durado casi dos años, trastocó los mercados laborales, provocando una escasez mundial de trabajadores necesarios para producir materias primas y trasladar los bienes desde las fábricas a los consumidores.[/su_note]
Si bien la Reserva Federal reafirmó la semana pasada su creencia de que “se espera que (la inflación actual) sea transitoria”, muchos economistas se muestran escépticos, y señalan también que los salarios están subiendo fuertemente porque las empresas se pelean por los trabajadores.