En todo Cuyo, que presenta un clima ideal, se expande su cultivo. También en zonas pampeanas se consolida este fruto seco que se volvió un boom global.
Con San Juan como centro neurálgico, el cultivo de pistacho se consolida a paso acelerado como uno de los de mayor crecimiento en todo el país. Desde allí se exporta a destinos como Italia, Rusia, Costa Rica y Uruguay.
Un informe del Consejo Federal de Inversiones (CFI) indicó que “la superficie cultivada de pistacho creció significativamente en los últimos años. Según datos del Censo de Frutos Secos 2021, en Argentina hay más de 3.000 hectáreas cultivadas, siendo San Juan la principal provincia productora, con 2.462 hectáreas, seguida por Mendoza, con 376”.
“En 2018 se estimó una producción de 613 toneladas en la región cuyana. En 2022, el 85% de las exportaciones con cáscara tuvo a Italia, Rusia, Costa Rica y Uruguay como principales destinos”.
La curiosa forma en la que el pistacho llegó a Argentina
Es un producto implantado en el país, que llegó por la caída de un gobierno en 1979: cuando en Irán se produjo la revolución islámica, y un joven emprendedor decidió radicarse en la tierra que ya había elegido para cursar sus estudios universitarios.
Mehrdad, o Marcelo como se lo llamó localmente, Ighani decidió irse de Teherán a los los 16 años con la esperanza de forjar un futuro mejor en Argentina. Con sus hermanos Behrusz, Masut y Manucho fueron primero a Rosario y al año siguiente se radicaron en San Juan porque tuvieron más facilidades para estudiar. Ya recibido, Marcelo buscó hacer algo distinto que no dependiera de los altibajos económicos del país.
“Analizó las variantes de frío, calor y precipitaciones del clima de la zona, las comparó con otras partes semejantes del planeta y descubrió que en la misma latitud, pero en diferentes partes del mundo, se cultivaba pistacho o azafrán. Y se inclinó por el pistacho”, relató su hijo, Maxi Ighani. Según él, su padre comenzó a “probar con el pistacho en 1980 y ya para los 90 estaba convencido de que esas plantas podían dar una buena cantidad fruta de buena calidad, así que se fue a California con dos amigos y trajeron la tecnología”.
“Pero las primeras llegaron en el año 1980 desde Irán, cuando recibió una bolsa de pistacho con cáscara y sin tostar. Las germinó y con los plantines hizo el primer proyecto”. De California importó el sistema de cultivo. Utilizó como portainjerto una variedad prima hermana del pistacho. “Sobre ese árbol injertamos la variedad que da pistacho. Se llama UCB1, un árbol híbrido desarrollado por la Universidad de California, un primo hermano del pistacho que crece muy rápido y es resistente al hongo verticilium”, añadió.
“Cuando el árbol adquiere un tronco aproximado de un centímetro de diámetro, lo injertamos con la variedad productiva, que es kerman, la que dará una fruta de buen calibre, un color verde intenso, cáscara dura y alto contenido en proteínas y antioxidantes”, explicó Ighani.
En Argentina, desde hace un tiempo, explotó gracias al chocolate Dubái, pero es un producto natural milenario que no era popular porque no se producía en el país y se importaba muy poco. Actualmente, en Argentina hay plantadas cerca de 12.000 hectáreas entre San Juan, Mendoza y La Rioja, mientras que en Irán hay 300.000 y en Siria otras 200.000. En Argentina hay dos productores exportando unas 1.000 toneladas.



