Los incendios en La Pampa aumentaron en extensión y poder destructivo en los últimos años. Según la Dirección de Defensa Civil de la Provincia, entre 2016 y 2023 se quemaron un promedio anual de más de 425.000 hectáreas. Un 41 % de esta área correspondía a bosques nativos.
En la temporada alta de incendios 2023-2024 (de noviembre a febrero) se registraron 54 focos ígneos que afectaron a alrededor de 26.375 hectáreas hasta principios de febrero. Para entender mejor la situación y explorar posibles soluciones a largo plazo, La Agrícola conversó con Arturo Ospital, ingeniero agrónomo y productor pampeano.
¿Son necesarias las quemas controladas?
Desde que el mundo es mundo hay fuego en cualquier pastizal. Después de una época lluviosa que propició el crecimiento de pastizales sigue un periodo seco en que ese pastizal se convierte en el principal combustible de un incendio que inicia un rayo.

Estoy a favor de realizar quemas controladas como medida preventiva y de manejo, no de provocar incendios descontrolados. Estas quemas controladas ayudan a regenerar pastizales, reducir el combustible y evitar incendios. Ajustar la carga animal al máximo también reduce la cantidad de combustible.
¿Qué es ajustar la carga animal?
Poner la cantidad justa de animales en un campo para que no falte ni sobre pasto de manera sustentable con el agroecosistema. Esta carga es variable en función de las lluvias ya que de ella depende la producción del forraje: en años húmedos aumenta y en años secos disminuye.
Y para que la carga animal esté ajustada deberíamos hacer crecer o disminuir el stock de igual manera y esto es imposible en la práctica. Por eso, en general se maneja una carga que nos permite sobrevivir a los años secos y en los húmedos sobre pasto.
¿Cómo se debe actuar ante un incendio?
Lo primero es notificar a Defensa Civil o a la Policía y a los vecinos del campo. Luego, es importante evaluar desde dónde se puede contener para evitar que se propague a otras áreas. Si se crearon picadas cortafuego previamente, pueden ser útiles para dirigir un fuego en contra de la dirección de avance del incendio.
Por ejemplo, si el fuego se dirige al norte se puede iniciar otro más al norte y que se dirija al sur para que, al encontrarse ambos, se apaguen. No siempre se puede hacer ya que, por un cambio en la dirección del viento, podemos empeorar la situación. Hay que evaluar cada caso. No hay que tener miedo de sacrificar una parte del terreno si es necesario. En situaciones de emergencia como un incendio forestal, la prioridad es contener el fuego para proteger vidas y propiedades.
¿Cómo se podría mejorar la respuesta ante los incendios?
Algo fácil sería coordinar los esfuerzos de Defensa Civil con los equipos de Vialidad provincial. El uso de maquinaria como motoniveladoras puede ayudar a crear cortafuegos alrededor del área afectada o la utilización de aviones hidrantes. Si bien es responsabilidad del productor mantener las picadas limpias para no ser multados, a veces los costos y otros factores dificultan que las realicen.
El Estado provincial y nacional también debería hacerlo en los caminos. También, mejorar la comunicación entre las autoridades y los productores para gestionar mejor los incendios, mejorar equipamiento en Defensa Civil, que los equipos de comunicación de las patrullas tengan un radio de alcance mayor.



