La Secretaría de Agricultura derogó las resoluciones que tenían como objetivo evitar la matanza de animales de bajo kilaje. La medida comenzará a regir desde el 1° de enero de 2026.
El Gobierno derogó, a través de la Resolución N° 98 de la Secretaría de Agricultura, una norma y sus diversas modificatorias y complementarias que impusieron un peso mínimo para la faena de animales bovinos. La eliminación regirá desde el 1° de enero de 2026.
En 2007, la Resolución N° 68 de la entonces Secretaría de Agricultura estableció un peso mínimo de 99 kilos por media res, en balanza oficial, para las categorías novillitos y vaquillonas. Allí mismo se decidió sancionar la comercialización con destino a faena de animales bovinos machos cuyo peso res con hueso logrado sea inferior a 165 kilos y de hembras con menos de 140 kilos. En esa oportunidad eso se fijó para evitar que vayan a faena animales de bajo peso y tratar de impulsar más producción de carne.
Luego, entre otros cambios, la Resolución N° 547 del 11 de enero de 2008 estableció un procedimiento para los operadores en infracción y en 2010 se puso un peso mínimo de 99 kilos por media res, en balanza oficial, para novillitos y vaquillonas, y castigos para la comercialización con destino a faena de bovinos de las categorías mamones y terneros (machos y hembras) con un peso de res inferior a 165 kilos.
Además, en 2019 se impusieron pesos mínimos diferenciados según el sexo de los animales, en 165 kilos para machos y 140 kilos para hembras, “e incorporando excepciones vinculadas a razones sanitarias o nutricionales y al destino comercial de los animales”.
Teniendo todos los antecedentes en cuenta, el artículo 1° de la resolución deroga las resoluciones 68 de 2007, la 547 de 2008 y las siguientes modificaciones. Entre los fundamentos se cita el Decreto N° 70/2023 del presidente Javier Milei, que impulsó una amplia desregulación del comercio, servicios e industria y se remarcó “que esta administración ha asumido el compromiso de restablecer el marco de libertad económica, promoviendo reglas claras, estables y orientadas a fortalecer la iniciativa privada como motor del desarrollo productivo”.
Repercusiones de la Resolución N° 98
Tras conocerse la Resolución N° 98, Víctor Tonelli, consultor ganadero, señaló que “el peso mínimo de faena nunca funcionó. Solo servía para que se trucheen pesos en un sistema que, salvo honrosas excepciones, nunca se controló adecuadamente». Y agregó que “lo único que sirve para estimular faenas de mayor peso ha sido liberar de restricciones a las exportaciones y que los exportadores paguen valores redituables a los productores de ganado de mayor peso. Afortunadamente la vuelta a las recrías y la libertad de exportación servirán para consolidar gradualmente mayores pesos de faena sin necesidad de límites sin sentido».
Además, el Gobierno señaló “que las regulaciones vinculadas al peso mínimo exigido para la faena de animales bovinos resultan innecesarias en el contexto actual, toda vez que los productores cuentan con los conocimientos técnicos, la experiencia y las herramientas de gestión adecuadas para determinar el momento óptimo de faena en función de sus propios objetivos productivos, comerciales y sanitarios”.
“Libertad para producir y vender a lo que el productor crea más conveniente. No hay más peso mínimo de faena”, dijo una fuente que estaba al tanto de la medida oficial. Pese a la derogación, se seguirá el trámite por infracciones constatadas con anterioridad al 1° de enero de 2026. En efecto, la Resolución N° 98 que deroga la exigencia del peso mínimo de faena comenzará a regir desde el 1° de enero de 2026.
Por otro lado, en un comunicado, la Secretaría de Agricultura se refirió a la derogación y precisó que las restricciones antes aplicadas no sirvieron para mejorar la productividad.
“Desde 2007 distintas normativas intentaron intervenir en la dinámica del mercado de ganados y carnes mediante la imposición de un peso mínimo de faena, con sus últimas modificaciones en 2018 y 2019, fijando un piso de 140 kg de res para hembras y 165 kg res para machos. Sin embargo, la experiencia de casi dos décadas ha evidenciado que tales restricciones no han logrado mejorar de manera sostenida la productividad ni la calidad”, informó la Secretaría.
Y añadió que “los datos históricos muestran que el peso medio de faena presenta importantes oscilaciones desde 1998, derivadas principalmente de factores climáticos, condiciones del mercado, restricciones a las exportaciones, y precios relativos, más que del cumplimiento de la normativa sobre peso mínimo. Además, la evidencia internacional indica que países sin este tipo de regulaciones han alcanzado pesos promedio significativamente superiores, confirmando que la eficiencia productiva no depende de este tipo de intervenciones».