El lanzamiento del alfajor Guaymallén Platino no pasó desapercibido. La tradicional marca argentina de alfajores, conocida por sus productos accesibles y populares, presentó esta nueva versión con baño blanco, galletas de chocolate y relleno de dulce de leche. Pero más allá del marketing, fueron los consumidores quienes rápidamente tomaron la palabra. ¿Estamos ante un nuevo clásico o frente a una edición limitada que busca testear el mercado?
Esta no es la primera vez que Guaymallén se aventura fuera de sus sabores clásicos. En 2023 lanzó el Guaymallén Oro, un alfajor con baño de cacao al 60 % que se presentó como una versión “de lujo”, aunque manteniendo su precio competitivo. En palabras de Hugo Basilotta, director de la empresa, “seguramente no son los mejores”, pero este lanzamiento -al igual que el Platino- es un homenaje al fundador Ulpiano Fernández, como tributo a sus 80 años en el mercado. Basilotta lo definió como una línea “para nosotros, premium” y, además, adelantó que en 2026 llegará el Guaymallén Rubí, un nuevo integrante para esta colección especial.
El Guaymallén Rubí, según Basilotta, se estaría preparando para el 2026, “va a tener la misma galletita del Platino, con cacao” y “van a ir bañados con chocolate suizo negro”. Por su parte, el relleno va a ser de membrillo haciendo honor al color característico de la piedra preciosa.
El nuevo Guaymallén Platino sigue esa línea de exploración: es más grande -pesa 50 gramos-, incluye tapas de galleta de chocolate y un relleno equilibrado de dulce de leche, cubierto por un baño liviano de chocolate blanco, un cambio inédito para la marca, que siempre utilizó coberturas del tipo repostero o fantasía.
El influencer Hernán, de la cuenta @probandoalfajores, fue uno de los primeros en reseñarlo. Destacó que “las galletas se muestran bastante chocolatosas” y que ese perfil domina el sabor general. También remarcó que son “tiernas” y que el dulce de leche “es participativo, aunque luego se ve envuelto en el pasaje chocolatoso sostenido”. Para él, la gran novedad es que “se le agrega algo que nunca habíamos visto en estos alfajores: un liviano baño de chocolate blanco”, dejando atrás el clásico baño repostero que caracterizó a Guaymallén durante décadas.
En redes, las opiniones fueron dispares. Mientras un usuario se quejó de que “lo pintaron con acuarela más que bañarlo en chocolate”, en referencia a lo fino del baño blanco, otros lo elogiaron como “el mejor alfajor de la marca por escándalo”.



