Siempre ha resultado un tema controversial el de la barrera sanitaria que divide la producción ganadera de la provincia de La Pampa y el sur bonaerense con el resto de las provincias patagónicas. La principal causa de conflicto es el precio mucho más elevado que pagan los consumidores de las zonas que quedan por debajo de la línea demarcatoria por el kilo de asado.
Su función es proteger la producción ganadera libre de aftosa sin vacunación, que es la que cumple los estándares exigidos por el mercado de la mayoría de los países asiáticos de alto poder adquisitivo que componen el “circuito no aftósico”.
Sin embargo, durante las últimas dos décadas, apenas el 1 % del total de lo exportado en la Patagonia se explica por la venta al exterior de carne bovina, de la cual menos de la mitad fue a los destinos “no aftósicos” mencionados. Surge entonces el cuestionamiento de por qué seguir sosteniéndola.
El diputado nacional por La Pampa, Martín Ardohain, volvió a poner el tema en agenda tras presentar un proyecto pidiendo la eliminación de la barrera sanitaria que rige por imposición el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
¿Cómo se originó la Barrera Sanitaria Patagónica?
En 1999 se logró erradicar la fiebre aftosa con un plan de vacunación iniciado una década atrás siendo Argentina reconocido por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) como “País Libre de Fiebre Aftosa sin Vacunación” al año siguiente.
Sin embargo, un año después, en el 2000, la enfermedad reapareció, lo que obligó a rediseñar el plan. Toda la región al sur del Paralelo 42, que separa Río Negro de Chubut, se mantuvo inmune durante la epidemia, por lo que se resguardó la zona, implementando la barrera sanitaria tal como sigue vigente al día de hoy.
La línea trazada se marcó sobre el río Colorado creando una zona de vigilancia, la Patagonia Norte B (sin vacunación) y una “zona colchón”, la Patagonia Norte A, con vacunación. Tras la interrupción de la vacunación en toda la región patagónica en el año 2013, el total del territorio se encuentra en la misma condición, es decir, libre de la enfermedad y sin vacunación.
A favor y en contra de la Barrera Sanitaria ganadera
Para comprender mejor las posturas a favor y en contra de la restricción sanitaria, Más Industrias dialogó con Fernando Ferrari, miembro de la Sociedad Rural de Lobos, concejal y coordinador de la Mesa de Carne de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap).
“Si se está planteando que toda Argentina sea libre sin vacunación me parece una locura”, comenzó opinando Ferrari. “Acá se vacuna con cuatro cepas por lo que es más cara la vacuna que en el resto de los países. En Uruguay, Bolivia o Brasil se vacuna con dos cepas”, explicó en referencia a los reclamos alrededor del costo de la vacuna.
“Seguramente, Senasa saque el virus C de la vacuna para que sea de tres cepas y abaratar costos. Según Senasa, no habría circulación viral de esa cepa”, puntualizó. Esta medida entraría en vigencia para “la primera campaña del 2025 o la segunda”. “Imaginate que los laboratorios ya tienen una campaña y media fabricada”, remarcó.
“La Pampa, que es una provincia muy ganadera, si le corrier6an la barrera podría entrar con carne a Río Negro, que está al lado. Hoy no puede ingresar. Y los patagónicos, sobre todo Río Negro, Chubut y Santa Cruz, no quieren porque tienen su mercado cautivo. Además, en países como Japón o Corea del Sur, a los que pueden exportar porque piden animales libres de aftosa sin vacunación, la carne se paga más”, continuó Ferrari.
“Igual, estas tres provincias no son tan relevantes en el tema bovino, sí en el ovino, que también puede tener aftosa. Por ese lado también les conviene ya que exportan a países libres (de aftosa) sin vacunación y, por ser un nivel de exportación más alto el que tienen ahí, sí es importante para ellos mantener así como está la barrera”, apuntó.
El veterinario lobense agregó que “hay mucho ruido político, pero en realidad nada concreto”. “Es cierto que hay una posición dominante de los laboratorios, que son sólo dos y fijan el precio de la vacuna, pero siempre el precio al productor ronda el del kilo de novillo, salvo excepciones, como los lugares con poca hacienda y mucha extensión”, comentó.
Por último, reflexionó sobre el panorama actual: “abrieron la importación de vacunas y va a entrar una con dos cepas. En ese marco es que Senasa dice que tiene que ver si puede importarla. No es tan fácil cambiar la estrategia de vacunación: tenés que informar a la OMSA y te puede cerrar destinos de exportación”.
“Los principales exportadores pusieron el grito en el cielo. El proceso de la ganadería es un proceso largo. Y tantos cambios afectan negativamente al sector”, concluyó el especialista.